
Causaron el pánico en los Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Nueva Zelanda entre otras regiones con varias amenazas de bomba. Pero en poco tiempo, aunque después de haber tenido que llevar a cabo varias evacuaciones de emergencia, se pudo comprobar que se trataban de falsos avisos. En realidad no había, detrás de estos mensajes de correo electrónico, nada más que la intención de asustar para que las organizaciones amenazadas efectuaran un pago de 20.000 dólares en criptomoneda. Pero en el mensaje decían que sino detonarían una bomba.