Los drones Geran-2 son una variante rusa del modelo iraní Shahed-136 que Rusia está utilizando de forma recurrente en su guerra en Ucrania. Durante un ataque a territorio ucraniano, el país gobernado por Vladimír Putin entró en el espacio aéreo polaco.

Polonia actuó neutralizando los dispositivos, siendo la primera vez que un miembro de la OTAN derriba un dron ruso sobre su territorio. Este acto agrava las tensiones del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y amenaza con extenderse más allá de sus fronteras. Hasta el momento, estos drones kamikazes no habían traspasado los límites y que lo haya hecho en el espacio aéreo de un país de la OTAN ha sido catalogado como una «probable provocación a gran escala», según el primer ministro polaco, Donald Tusk.

A diferencia de Ucrania, Polonia forma parte de la OTAN y un ataque a su territorio supondría una llamada a la acción de los miembros, según el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte:

«Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas […] ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada».

Geran-2: vuelan a 185/h y tienen un alcance de 1.000 km

Los Geran-2 son una versión rusa de los drones Shahed 136, fabricados por la compañía iraní Shahed Aviation Industries Research Center. Entraron en servicio en 2020, miden 3,5 metros de largo y 2,5 m de ancho con forma de ala delta (triangular), pesan un máximo de 240 kilogramos. Inicialmente, están preparados para llevar una carga militar de hasta 50 kg, pero el modelo ruso permite hasta 90 kg. 

Este vehículo no tripulado de combate puede funcionar individualmente o lanzarse en enjambre (grupo de drones) para atacar objetivos enemigos. Están equipados con sensores ópticos para controlar la trayectoria durante el vuelo. Los Shahed 136 ofrecen un alcance de hasta 2.000 km en principio, pero el aumento de la carga útil que puede transportar la versión rusa limita su alcance a unos 1.000 km. 

Cuando los Geran-2 llegan arriba y alcanzan cierta distancia de la superficie, activan su sistema de asistencia RATO. Este sirve para ganar velocidad y, según sus desarrolladores, pueden alcanzar los 185 kilómetros por hora (km/h).

Los drones Geran-2 utilizan navegación GNSS y una unidad inercial para moverse con precisión. Estos dispositivos se lanzan solo contra objetivos fijos, con coordenadas programadas antes. Por lo tanto, que hayan aparecido en el espacio aéreo de Polonia no parece un error.

Uno de los aspectos más destacados es que pueden transportarse y lanzarse desde casi cualquier tipo de vehículo. Eso aporta una gran versatilidad y lo convierte en un aparato difícil de rastrear y detener.

Por lo general, se usa para atacar objetivos terrestres, funcionando como misil de crucero asequible. Sin embargo, también se utilizan como enjambres para saturar las defensas aéreas y forzar a los enemigos a gastar recursos para interceptarlos. Esto último parece que fue lo que ocurrió sobre el territorio polaco. Aunque los drones originales iranís no vienen equipados con sensores adicionales, hay veces que se incorporan buscadores infrarrojos o sistemas antirradar. Estas herramientas permiten detectar el calor de un objetivo o ubicar radares del adversario.

Al comprar los drones Shahed-136, Rusia los remodeló con una estructura exterior hecha de fibra de vidrio reforzada con fibra de carbono entrelazada. Este cambio facilita su producción a gran escala para usarse en el conflicto con Ucrania. Además, cuenta con varias mejoras en el apartado electrónico.

 

Fuente: adslzone