PCIe 4.0 mejora el rendimiento de los SSD, pero no cambia los tiempos de carga

Todos tenemos claro que un SSD SATA vapulea a un disco duro en cuanto a tiempos de carga se refiere. Windows puede llegar a cargar hasta cuatro veces más rápido, mientras que los juegos cargan alrededor de en la mitad de tiempo. Sin embargo, una vez entramos en el terreno de los SSD, incluyendo los SATA, los tiempos de carga apenas se ven beneficiados.

Como podemos ver en el siguiente vídeo, no hay apenas diferencia de tiempo entre un SSD SATA y uno NVMe, a pesar de que estos últimos son hasta 7 veces más rápidos que los SATA si hablamos de PCIe 3.0, y de 10 veces más rápidos con respecto a los que usan PCIe 4.0.

Sin embargo, en el último mes ya se han realizado varias pruebas al respecto, y la conclusión es clara: no hay diferencia de tiempo entre tiempos de carga de Windows, donde si el SATA tarda 14 segundos, el NVMe tardará 12 o 13. De un SSD SATA a uno NVMe PCIe 3.0 apenas se mejora un segundo, mientras que de PCIe 3.0 a 4.0 la mejora es de menos de un segundo, situándose en 0,3 segundos en muchos casos. En tiempos de carga en juegos la diferencia es también inapreciable.

Mejor compra un SSD de mayor capacidad que uno más rápido al mismo precio: lo aprovecharás mejor

Tener un SSD NVMe entraña otras mejoras más allá de los tiempos de carga, ya que la velocidad de transferencia aumenta considerablemente, y eso es una mejora vital para quienes usen un ordenador para trabajar editando vídeo o fotografía. Los NVMe son mucho mejores cuando hay que manejar miles de peticiones individuales (mejorando en cifras como los IOPS), como puede ser una base de datos en un servidor. Sin embargo, para jugar o cargar el sistema operativo, el cuello de botella son la CPU y la memoria RAM, ya que la cantidad de datos que pueden procesar tiene un límite.

Intel intentó quitarle importancia al hecho de que AMD les adelantase con PCIe 4.0 argumentando que las mejoras de rendimiento en el mundo real no se iban a notar a la hora de arrancar el sistema operativo, abrir programas o juegos. Y de momento tienen razón.

Por ello, a pesar de que los SSD no paran de bajar de precio, si por el mismo precio de un SSD NVMe tienes uno SATA con el doble de capacidad, le vas a sacar mucha más rentabilidad en términos de rendimiento a esa capacidad extra para meter más juegos que a la velocidad. Lo mejor de ambos mundos es un SSD SATA en formato M.2, ya que tienes la facilidad de instalación y poco espacio dentro del PC y un precio asequible.

 

Fuente: adslzone