Tanto la sociedad como los políticos saben que situaciones tan terribles como la dana o los incendios forestales sufridos meses atrás deberían combatirse con un mayor nivel de prevención. Debido a esto se ha establecido la Adenda DANA dentro del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). La inversión millonaria podría marcar la diferencia.
Un proyecto prometedor
La nota positiva es que la iniciativa ya ha sido aprobada de la mano de la Comisión Europea, por lo que todo está a punto para que esta inversión pública se concentre en potenciar las soluciones que necesita el país para prevenir catástrofes naturales. La inversión se realizará en capital fijo, natural y humano, destacando el proyecto de lanzar tres satélites que le darán a España un gran control sobre lo que ocurre en el país.
Tres nuevos satélites
España contará con tres nuevos satélites de tamaño mediano que dispondrán de la última capacidad del sector espacial y que encajarán en rangos de peso que irán de entre los 200 a los 250 kg. Su despliegue se va a realizar dentro de la iniciativa Earth Observation Governmental System (EOGS) de la Comisión Europea, lo que significa que estos satélites también estarán alineados con los objetivos globales europeos.
Esto es importante, puesto que la Comisión Europea, consciente de los problemas y riesgos con los que se está encontrando el continente, quiere que todos los países tengan la oportunidad de colaborar desde el espacio. Así, estos satélites españoles estarán conectados a la constelación atlántica del programa ESCA+ y facilitarán que todos los países puedan compartir sus datos.
Dentro del ESCA+, se espera que cada país de Europa haga una aportación de valor que fomente la vigilancia y control del continente, por lo que España estaría cubriendo sus obligaciones de manera notable. Según los datos que ha publicado El País hoy 30 de septiembre de 2025, estos satélites tendrían cámaras ópticas de resolución VHR, sensores ELINT para campos electromagnéticos, cámaras TIR con tecnología térmica infrarroja y otros elementos como radares SAR de apertura sintética. El uso de todos estos recursos debería ayudar no solo a España, sino también a otros países dentro del programa ESCA+.
¿Qué beneficios aportarán?
Más allá de la aportación al clúster europeo, la tecnología de estos satélites será clave para que España tenga la posibilidad de responder ante posibles situaciones de crisis climáticas. La rapidez con la que el país sabrá que se van a producir posibles situaciones desastrosas aumentará, lo que será fundamental a la hora de salvar vidas o de poder tomar decisiones que puedan reducir los riesgos al mínimo.
Se valora esta inversión como una forma de plantar cara a las emergencias naturales, a eventos extremos inesperados y a otros problemas que se puedan controlar mejor teniendo información por adelantado. Los datos críticos que proporcionarán los satélites ayudarán a que tomar decisiones al respecto pueda ser mucho más sencillo.
Por lo que se comenta, aportará información valiosa no solo para prevenir ante inundaciones o incendios, sino que también podría marcar la diferencia a la hora de adoptar políticas de transición ecológica. Así, entre otras cosas, se habla sobre el uso de la información de los satélites en el sector de la agricultura para que la monitorización de los cultivos pueda potenciarse y así mejorar los resultados.
¿Cómo se dividirá la inversión?
Aunque todavía es pronto para saber cuál será la forma de actuar del Gobierno al respecto, ya se pone sobre la mesa la previsión sobre cómo alrededor de 200 millones de euros del total irán dirigidos a la industria espacial española. Resulta razonable teniendo en cuenta el deseo de tener tres nuevos satélites, lo que hará que centros tecnológicos y empresas especializadas vean su funcionamiento potenciado por estos importes. El plan es que se firmen contratos a partir de 2026 con vigencia hasta 2027.
Todo esto tendrá un impacto positivo en la economía de zonas de España como Madrid, Cataluña, Andalucía, País Vasco o la Comunidad Valenciana, entre otros lugares. Además, también se verán beneficiados de ello centros tecnológicos, universidades y distintos organismos de investigación que lleguen a ser claves en la implementación de las novedades previstas.