El proyecto de la EEI es una colaboración entre cinco agencias espaciales participantes: la CSA/ASC (Canadá), la ESA (Europa), Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón) y la NASA (Estados Unidos). Esta última es la que está preparando la desorbitación de la EEI de manera segura que tendrá lugar en menos de una década.

Con el objetivo de tenerlo todo listo a tiempo para deshacerse de la EEI, la NASA  ha firmado esta semana un contrato con SpaceX. Según un comunicado de la agencia, la compañía de Elon Musk ha sido seleccionada para desarrollar y entregar un vehículo de desorbitación. Lo que construyan se usará para que la plataforma orbital no caiga en áreas pobladas.

La EEI lleva funcionando de manera ininterrumpida desde 1998. En los últimos años, hemos sido testigos de fugas y otra serie de fallos. Los problemas demuestran que el laboratorio espacial ha envejecido y que muy pronto deberíamos deshacernos de él. Para evitar que la desorbitación ocurra de manera incontrolada, la NASA ha echado mano de SpaceX.

Es la empresa aeroespacial que también liderará los primeros vuelos de regreso tripulado a la Luna, con Starship. Está claro que la NASA confía en sus capacidades. Y, ahora, quieren que también lo demuestren con la salida de la órbita de la EEI.

Los términos del contrato entre la NASA y SpaceX para la EEI

El último acuerdo al que han llegado la compañía de Elon Musk y la NASA habla de una nave espacial que se encargará de traer de vuelta a la EEI a la Tierra. El vehículo, al que han llamado ‘US Deorbit Vehicle‘, deberá asegurarse de que la desorbitación se realice de forma segura. Eso implica que el cohete tendrá que guiar al enorme laboratorio hasta el Océano Pacífico y bajo ningún concepto deberá llegar a zonas con humanos.

La parte del océano en la que se espera que ‘Us Deorbit Vehicle’ lleve la EEI es nada más ni nada menos que el «cementerio de naves espaciales«. Un área entre Nueva Zelanda y Sudamérica en que ya han amerizado muchos vehículos desde el espacio. Según los informes, hay casi 300 restos de naves espaciales que han ido a parar a este recoveco oceánico. Desde cápsulas a cohetes y naves de carga.

La construcción de ‘Us Deorbit Vehicle’ antes del 2030 no será tarea fácil. Hay que tener en cuenta que la EEI tiene una masa de 419.725 kilogramos, mide 73 metros de largo y 109 metros de ancho. Los módulos fueron uniéndose a lo largo de 13 años y SpaceX tendrá que traerla de vuelta en tiempo récord.

Según el contrato, la idea es que la mayor parte de la plataforma orbital se desintegre. Sin embargo, puede haber trozos que caigan en la Tierra y deberán hacerlo en el cementerio de naves espaciales. La tarea de deshacerse de la EEI se hará en tres etapas:

  • Primero, el cohete ‘Us Deorbit Vehicle’ guiará los paneles solares y los radiadores hasta el mar.
  • Después, será el turno de los módulos individuales.
  • Por último, el vehículo espacial se encargará de la estructura primaria, también llamada armazón.

Para llevar a cabo esta ardua tarea, la NASA ha dado a SpaceX un presupuesto de 843 millones de dólares. Cabe señalar que mantener la Estación Espacial Internacional en funcionamiento cuesta aproximadamente 3.100 millones de dólares al año. Por lo tanto, por muy caro que resulte el proyecto, será más barato que el mantenimiento del laboratorio orbital.

 

Fuente: NASA | adslzone