Aunque podríamos simplificar con una respuesta científicamente incorrecta como «el agua es agua», como te puedes imaginar, las cosas no son tan sencillas. Ahora que sabemos que hay gran cantidad de agua en el polo Sur de la Luna, lo cierto es que hay que trabajar para encontrar la manera de que pueda ser potable. Porque no, respondiendo con rapidez: no la van a poder beber sin más.

Algo más que agua

El problema principal es que el agua que hay en la Luna tiene una composición distinta a la que atribuimos de forma natural a este líquido. Sigue siendo agua, pero con componentes que derivan en que su consumo no resulte seguro. Tal y como se descubrió gracias a la misión de la nave LCROSS en 2009, el agua encontrada tiene una composición de lo más particular. Así, se encuentra formada por hidrógeno, magnesio, calcio y otros dos elementos que, en contraposición a los anteriores, suponen un riesgo: monóxido de carbono y mercurio. Lógicamente, todos sabemos que bebernos algo que tenga mercurio es altamente peligroso, de ahí que los astronautas no puedan ir a echarse un trago de «agua de Luna».

Por supuesto, con el calcio y el magnesio tampoco hay demasiado problema. Lo cierto es que son elementos que ya están presentes en el agua que consumimos en muchas partes del mundo, así que no suponen un riesgo. Pero ahora mismo el reto se encuentra en buscar una forma de poder filtrar el agua para que se deshaga de aquellos elementos que sí son peligrosos. Para ello, las agencias espaciales están solicitando el apoyo de los ciudadanos, más exactamente sus ideas.

¿Se te ocurre cómo podrían solucionarlo?

La mala noticia es que se ha iniciado una campaña pública de recolección de ideas, pero solo pueden participar en ella los ciudadanos de Canadá y Reino Unido. El motivo es que la organización corre a cargo de las agencias espaciales de estos países, por lo que tiene cierta lógica. No obstante, que eso no sea un factor que te detenga si quieres pensar en alguna solución y luego compartirla en redes sociales.

El plan es encontrar un plan que sea viable y permita purificar el agua que hay en la Luna. Dicen desde la Agencia Espacial Canadiense que las técnicas actuales que existen para filtrar el agua en la Tierra, incluso en las zonas más tóxicas, no son aplicables a la Luna. Pueden servir de punto de partida e inspiración, pero hay que dar con una clave adicional que permita llevar la estrategia a buen puerto. No obstante, este concurso de ideas consultable aquí no quiere poner las cosas fáciles a los amantes de la ciencia, por lo que en las bases se establece que la opción que se está buscando no solo tiene que responder al filtrado de los componentes antes citados.

Además de ellos, la idea debería dar una solución a la purificación de agua que incluya lo siguiente: amoníaco, etileno, monóxido de carbono, metanol, sulfuro de hidrógeno, dióxido de azufre, metano e incluso trozos o restos del suelo de la superficie de la Luna. ¡No es un reto nada sencillo! Por si esto fuera poco, la solución al misterio no solo debe ser capaz de despejar la incógnita de cómo purificar el agua con estos contaminantes, sino que tiene que tener en cuenta varios factores adversos.

Entre ellos destaca el tener en cuenta que la gravedad con la que tendrán que trabajar los astronautas en la superficie de la Luna será de, alrededor, una sexta parte de la que tenemos en nuestro planeta. También indican que es importante recordar que el suelo de la Luna es muy corrosivo y que, por otra parte, lo que van a poder llevarse los astronautas en su nave no va a poder ser una maquinaria gigantesca. Más exactamente, dicen que esa maquinaria o equipo debería ser de un volumen reducido. Por lo tanto, no sabemos quién va a terminar con una idea que pueda responder a todo eso, pero esperamos impacientes descubrir los resultados del concurso.

Eso sí, hay que tener paciencia, puesto que estos no se anunciarán pronto. Aunque el plazo de recepción de ideas terminará en abril de este año, los resultados del concurso no se anunciarán hasta 2026. Eso sí, es de imaginar que las agencias espaciales trabajarán con esas ideas mucho antes, puesto que no hay que olvidar que el plan para viajar a la Luna apunta a que será en esta década en la que nos encontramos. Y lo que vendrá después de todo esto ya te lo puedes imaginar. Primero, astronautas bebiendo el agua de la Luna gracias al sistema de filtrado que se haya inventado. Y después, seguro que alguna empresa privada envía agua de la Luna a la Tierra para vender a millonarios botellines a precio de oro y que así se sientan como si estuvieran en una serie del espacio.

 

Fuente: Space | adslzone