Un grupo de astrónomos de la Universidad Estatal de Pensilvania ha publicado un estudio en el que han explicado el descubrimiento que han realizado y la gran sorpresa que se han llevado con el mismo. Porque lo que no esperaban, mientras analizaban exoplanetas, era que se fueran a encontrar uno tan gigantesco. La comparación que hacen para que pensemos en lo impactante que ha sido es que imaginemos que estamos buscando un huevo de gallina y, en su lugar, nos encontramos un huevo de avestruz. ¿Cómo puede haber ocurrido?

No hay explicación

Este exoplaneta, el cual ha sido bautizado con el nombre de LHS 3154b, rompe con toda la lógica a la que se han aferrado la mayoría de astrónomos hasta el momento. El motivo de ello es que el planeta es demasiado grande (a un nivel extremo) respecto al tamaño que tiene la estrella que orbita. Es como, por ejemplo, si la Tierra fuera un gigante en comparación a las dimensiones del Sol. No tiene lógica, pero es un descubrimiento real y eso es lo que está reescribiendo gran parte del conocimiento de estos especialistas. Es un tema tan chocante que posiblemente no tarde en grabarse algún documental cubriendo todo el descubrimiento.

El misterio está servido por muchos motivos. El más básico y que siembra todas las dudas es tan simple como que la estrella de este planeta, una estrella M, no debería tener capacidad suficiente para dar forma a un planeta del tamaño que tiene LHS 3154b. Sobre el papel, los datos confunden todavía más, puesto que la estrella es mucho más pequeña y menos luminosa que el Sol, mientras que LHS 3154b tiene un peso 13 veces superior al de la Tierra. La información es compleja y va a requerir invertir muchos recursos para llegar a una explicación convincente.

No estaban buscándolo

Cuentan desde la Universidad de Pensilvania que han ideado una nueva herramienta que, combinada con un poderoso telescopio, está ayudándoles a buscar una serie de exoplanetas muy determinados. Su proyecto se concentra únicamente en la búsqueda de planetas que tengan unas condiciones similares a las de la Tierra y que se trate de zonas que puedan resultar habitables. Por ello, se tiene en cuenta la relación entre la Tierra y el Sol para buscar paralelismos y elementos que puedan servir de apoyo para el futuro de la astronomía o incluso de la humanidad.

Por lo general, lo que buscan son planetas pequeños, puesto que tienen el conocimiento de que aportan una mayor cantidad de posibilidades de que sean lugares habitables. Pero en su afán de búsqueda se cruzaron con LHS 3154b y quedaron absortos por el descubrimiento. Por supuesto, no han frenado su interés por buscar respuestas y han analizado los datos de inicio a final para intentar encontrar una explicación.

Así es como han puesto a prueba las dos teorías que existen y que conocemos sobre la formación de planetas. Por una parte, la de la creación de los planetas en forma de discos de polvo y gas que van creciendo poco a poco en el método que se denomina acreción del núcleo. El problema de esta teoría es que, teniendo en cuenta las dimensiones de su estrella, LHS 3154, el tamaño que debería haber alcanzado el exoplaneta nunca podría haber sido tan grande. El otro de los métodos, conocido como inestabilidad gravitacional, tampoco explica lo ocurrido. Ninguna de las dos teorías que conocen los astrónomos encaja con este extraño descubrimiento que ha sembrado algunas dudas y dejado la puerta abierta a que todavía haya conceptos que se desconozcan.

Debido a todo ello, este es un descubrimiento que marca un antes y un después. Porque, hasta ahora, nunca se había encontrado un planeta tan grande orbitando alrededor de una estrella tan pequeña. Sí se han descubierto muchos exoplanetas orbitando estrellas M, y es algo en lo que los científicos tienen puestas muchas esperanzas para el momento en el que se descubran otros mundos habitables, pero hasta ahora no había ocurrido nada como esto. Hay quien cree que servirá para iniciar una nueva era de investigación en la que, poco a poco, iremos descubriendo cada vez más cosas de estos exoplanetas de los que, visto lo visto, todavía hay mucho que aprender. Quién sabe qué descubrimientos esperan a la humanidad más allá del Sistema Solar.

 

Fuente: The Conversation | adslzone