Los Weinersmith, Kelly y Zach, han trabajado durante un largo periodo de tiempo con la intención de analizar esa colonización del espacio por la que están apostando nombres tan importantes como los de Elon Musk y Jeff Bezos. Su libro, titulado A City on Mars, analiza este proyecto desde distintos ángulos para descubrir si de verdad puede llegar a ser algo viable tal y como se está planteando.

Un resultado traumático

La mala noticia es que los autores del libro creen que los proyectos de los que se está hablando van demasiado rápido y que se están concentrando en el lado más romántico de la conquista espacial. Pero, al hacerlo, están dejando de lado gran parte de la realidad de lo que supone llevar a la humanidad a otros planetas o lugares del espacio como la Luna.

Reconocen que, cuando comenzaron a escribir el libro hace cuatro años, su punto de vista era de optimismo. Soñaban con ese momento en el que se fundaran las primeras ciudades en la Luna y en Marte. No obstante, a medida que fue pasando el tiempo e investigaban más y más, ese entusiasmo y optimismo inicial fue cambiando hasta convertirse en uno de los mayores pesimismos que se pueden imaginar. Afirman que fue tan duro que les traumatizó. Aunque luego te explicamos mejor cuáles son sus conclusiones, te podemos decir que, como afirman, creen que, a corto plazo, no es un proyecto viable. Y, a largo plazo, aunque sí se podría colonizar la Luna, opinan que sería en unas condiciones no deseables.

No es una idea realista

En el libro, los Weinersmith comentan que, por muy bien que pueda sonar, los proyectos de los que tanto se habla en la prensa están dejando de lado el aspecto más realista de este tipo de ideas. Sobre todo, afirman que no se está teniendo en cuenta la manera en la que vivir en el espacio llegará a afectar a las personas. También creen que se está ignorando todo lo relacionado con la manera en la que se desarrollará esta sociedad a una enorme distancia de la Tierra e incluso cómo se llevará a cabo la reproducción para que puedan nacer las primeras personas de origen lunar o marciano.

Opinan que se está restando importancia a los riesgos existenciales y que solo se está dirigiendo la atención hacia lo bonito y atractivo que resulta este tipo de plan. Les preocupa, por ejemplo, la forma en la que se llegará a establecer un reparto del territorio espacial, los derechos sobre el mismo y la manera en la que los distintos países de la Tierra tendrán control o no sobre estas civilizaciones. Les parece más complicado de lo que se pueda imaginar y un problema que haría que los políticos estuvieran en posiciones muy delicadas que llevarían a tomar decisiones sensibles. Es decir, no hay que pensar que todo esto es tan fácil como enviar una nave a la Luna, construir una casa y comenzar la civilización lunar de la noche a la mañana.

En el libro se recogen entrevistas y todo tipo de estudios que, como ya puedes ver, no resultan optimistas. En uno de los apartados profundizan en la poca información que tiene la humanidad sobre la forma en la que la exposición constante a la radiación espacial o a la gravedad reducida afectará a las personas. ¿Cómo afectará a la vida de estos primeros colonos y también cómo influirá entre los primeros niños que nazcan en el espacio? Creen que este tipo de proyecto no se puede plantear en un plazo de 20 años por mucho que Elon Musk haya dicho que pondrá su fortuna sobre la mesa para que sea en dos décadas cuando la humanidad ya pueda vivir en el espacio. El proyecto tiene que ser a mayor plazo para así garantizar que no habrá problemas o dificultades.

Proponen, para que el proyecto salga mejor, que las agencias espaciales del mundo entero comiencen a desarrollar ecosistemas aislados en la Tierra que repliquen las condiciones que se tendrían viviendo en el espacio. Ya hay algunas iniciativas de este calibre, pero el objetivo sería continuar dando forma a más versiones hasta llegar a dar con la clave de lo que funcionaría en cada entorno espacial. Además, habría que desarrollar estas ciudades subterráneas para vivir en la Luna de una manera coherente y teniendo en cuenta todas las necesidades que pudieran tener los primeros colonos.

Para los Weinersmith una de las cosas más problemáticas es pensar en los niños que nazcan en estos lugares del espacio, quienes podrían llegar a encontrar obstáculos en su crecimiento o incluso para llegar a convertirse en personas adultas. Quieren que las autoridades y las agencias espaciales piensen muy bien en todo ello y desarrollen los programas necesarios para que las primeras generaciones de niños del espacio no acaben siendo conejillos de indias con los que se ponga a prueba la simple teoría.

Hoy por hoy, no se puede decir que todo lo aportado por estos expertos no sea un poco decepcionante, porque hasta ahora nos imaginábamos viendo personas viviendo en la Luna o Marte tal y como hemos visto en series de ciencia ficción. En cualquier caso, de vez en cuando no está de más una dosis de realidad que nos baje un poco de la nube. Todavía hay mucho que hacer para que la Tierra pueda recurrir a ese plan B de supervivencia que tanto buscan los políticos del mundo entero.

 

Fuente: Universe Today | adslzone