Dicen los científicos que el mundo del fútbol debería dejar de valorar únicamente el rendimiento de sus jugadores de una manera tradicional para fijarse también en el esfuerzo. Porque este factor, normalmente ignorado, puede afectar de una manera directa sobre el rendimiento. Y lo más importante de todo es que la hay una clave sobre ello que no todos los entrenadores aprovechan. ¿Cuál es?

Un jugador puede ser el secreto

El estudio que se ha realizado en la Universidad Ben-Gurión del Néguev tenía un único objetivo: comprobar si el nivel de esfuerzo que realizan los jugadores a nivel individual acaba teniendo un efecto directo sobre sus compañeros. ¿Y te imaginas lo que han descubierto? Que sí, que influye, y mucho.

El trabajo que haga un único jugador, por ejemplo el capitán o algún miembro del equipo que se encuentre en plena forma, puede tirar del carro tanto que hará que todos sus compañeros también se esfuercen más. Los resultados del estudio han sido publicados en Management Science y aportan un punto de vista interesante del mundo del fútbol que, como decíamos, los entrenadores podrían llegar a tener en cuenta.

Así han llevado a cabo el análisis

Con la sospecha de la forma en la que ese esfuerzo extra que hacen algunos jugadores puede derivar en que todo el equipo se motive para ganar, los investigadores han analizado multitud de partidos y contabilizado un amplio número de factores. Lo más interesante es la manera en la que se han analizado los encuentros.

En vez de estudiar el desarrollo de los jugadores a lo largo de todo el partido, con sus subidas y sus bajadas, lo que han hecho los investigadores ha sido analizar el comportamiento de los futbolistas en periodos concretos de cinco minutos. En esos bloques de tiempo se ha contabilizado la cantidad de sprints que los jugadores han llevado a cabo y la distancia que han tenido sus carreras. Pero, más importante, lo que han hecho ha sido comparar ese nivel de esfuerzo y rendimiento con lo que estaban haciendo los compañeros que se encontraban a su alrededor.

También han estudiado los cambios que se producen en los equipos durante los partidos. Normalmente sabemos que, cuando un nuevo jugador sale al campo de juego, lo hace con energía y con mucha garra para intentar marcar la diferencia. Pero en lo que no pensábamos es en que fuera algo que influyese de una manera positiva en sus compañeros. Para comprobarlo, los científicos han analizado los últimos cinco minutos de los jugadores antes de ser cambiados y los primeros cinco minutos después de salir. Han descubierto que el nuevo jugador que sale al campo aumenta el esfuerzo de sus compañeros y consigue dinamizar el juego de los demás. Esto explica por qué es frecuente que se marquen goles cuando hay cambios de jugadores, en especial cuando quienes salen al campo se encuentran en posiciones ofensivas.

Tal y como declaran en este estudio futbolístico, estos descubrimientos son importantes porque normalmente se analiza la forma en la que el esfuerzo de grupo influye en el rendimiento individual, pero no se suele hacer a la inversa. Y han comprobado que sí es algo muy importante que haya que tener en cuenta. La fatiga de los jugadores que están en baja forma al inicio del partido o los que ya se encuentran cansados cuando han pasado un largo periodo de tiempo sobre el campo, puede poner en serias dificultades a todos sus compañeros. De ahí que los científicos recomienden a los entrenadores tener en cuenta esta variable y ser conscientes de cómo el rendimiento puede mejorar mucho en base al esfuerzo individual.

También recuerdan que todo acaba estando relacionado también con la buena química que haya entre los jugadores del equipo. En sus conclusiones, recomiendan fomentar las actividades de equipo que mejoren la camaradería de los futbolistas porque será algo que terminará afectando al rendimiento general. Por eso hay equipos que están llenos de estrellas y no consiguen ganar cuando, conjuntos más pequeños, sí lo hacen teniendo aparentemente muchos menos medios a su disposición.

 

Fuente: Phys | adslzone