Miles de personas fallecen todos los años víctimas del calor. En muchos casos, el problema viene porque presionamos demasiado nuestro cuerpo y lo llevamos mucho más allá de los límites que puede tolerar. El exceso de confianza en nosotros mismos y el no querer complicarnos, nos lleva a sufrir golpes de calor, deshidratación y muchas otras condiciones que pueden derivar en la muerte. La única forma de evitarlo es conociendo nuestros propios límites.

La temperatura húmeda

Nada de lo que hayas leído sobre los límites de calor comparados a la temperatura que hace en el exterior te va a ayudar a tener una idea clara y real de hasta dónde puede llegar tu cuerpo. Porque ese no es el sistema con el cual se mide. Nos tenemos que remontar a un estudio publicado en 2020 para tener la mejor forma de conocer el límite de nuestro cuerpo: la temperatura húmeda.

Ese es el dato que necesitamos conocer y que nos servirá para saber en qué margen de riesgo nos encontramos. Pero, como te puedes imaginar, calcular la temperatura húmeda no es tan simple como ponernos el termómetro. Sí que vamos a necesitar uno, pero habrá que hacer algo distinto a lo habitual. En este caso, será necesario envolver el termómetro con un paño que se encuentre mojado. Una vez lo hagas tendrás que asegurarte de que la temperatura no es superior a 35 ºC, dado que es ahí donde se establece el límite humano.

Entendiendo mejor esta temperatura

Recuerda que hablamos de temperatura húmeda y no de la temperatura corporal o de la del aire. Además, tienes que entender que esta temperatura valora tanto el calor que hace como el nivel de humedad. Es decir, es posible que la temperatura húmeda no sea tan elevada como podrías haber imaginado incluso si el calor que hace en la calle es totalmente terrible. El motivo de ello sería que el volumen de humedad no sería tan alto.

Lo preocupante y donde se producen los problemas de verdad, es cuando tanto el calor como la humedad están en niveles totalmente sofocantes. ¿Por qué? Porque la humedad lo que está haciendo es impedir que tu cuerpo se refresque por medio del sudor, así que el riesgo aumentará. Desde la NASA, uno de los mayores expertos en estudio del calor y en cómo afecta al cuerpo humano, Colin Raymond, menciona en el estudio antes enlazado, que una temperatura del aire de 38.9 ºC ya puede ser de gran riesgo si el nivel de humedad que hay en el ambiente es del 77%. Eso haría que la temperatura húmeda se estableciera en 35 ºC, lo que estaría en el límite que hemos mencionado antes.

Pero en un ejemplo contrario que también pone este especialista, no pasaría «nada» si la temperatura del aire fuera de 46.1 ºC y el nivel de humedad estuviera en el 30%. Por supuesto, haría mucho calor y lo pasaríamos mal, pero nuestro cuerpo estaría resistiendo porque la temperatura húmeda habría alcanzado un nivel de solo 30.5 ºC.

Los límites de la temperatura corporal

Si hablamos de temperatura corporal, los datos que tenemos que estudiar son distintos. Sabemos que la temperatura del cuerpo se encuentra entre los 36.5 y los 37 ºC, aunque haya personas que suelan encontrarse con una temperatura inferior sin que suponga ningún problema. Pero, en el momento en el que se pasa de los 37 grados ya entendemos que tenemos fiebre y que algo va mal en el cuerpo. Si la temperatura llega a los 44 grados estaremos en un serio problema, puesto que tendremos muchas posibilidades de sufrir hipertermia. También podríamos desmayarnos o entrar en coma, siendo necesario asegurarse de recibir tratamiento lo antes posible para no sufrir problemas mayores.

¿Y sin estar enfermos? ¿Qué temperatura ambiente podríamos llegar a resistir? Aunque por motivos obvios faltan estudios que pongan a prueba los límites, los científicos sí que utilizan los datos que se reciben, principalmente, de la competición mundial de sauna. En este contexto, la máxima temperatura de la sauna que ha sido capaz de soportar una persona ha sido de 110 ºC, pero hay que tener en cuenta que, si bien uno de los participantes sobrevivió, el otro falleció víctima del calor. Dicen algunos aficionados a las saunas, no obstante, que han llegado a soportar varios minutos en cabinas que han llegado incluso a los 160 ºC. Pero esto son, sin duda, extremos.

Para salir de dudas y tenerlo más claro, te recomendamos que vuelvas al concepto de la temperatura húmeda y que lo utilices aquellos días en los que haya más riesgo para ti. Si la temperatura alcanzada es de 35 ºC o se acerca a ese límite, no significará que caerás al suelo al instante víctima del calor, pero sí que irás encontrándote mal poco a poco si no le pones remedio. Ante todo, ¡mucho cuidado!

 

Fuente: adslzone