Cada mes pasan cerca de la Tierra multitud de asteroides. En realidad, la cantidad es muy alta. Pero no todos ellos activan las alarmas de los especialistas tal y como sí ha ocurrido con el que se espera para dentro de unos días. Este asteroide tiene un poderoso diámetro de 240 metros, lo que lo convierte al instante en un PHA, siglas que traducidas al español significan «Asteroide potencialmente peligroso».

No le han puesto nombre

Seguro que has leído acerca de montones de asteroides a los que los científicos no tardan en poner nombre. Es el proceso habitual, en especial cuando se trata de asteroides que, como suele ocurrir, ni pasan demasiado cerca de la Tierra ni tienen un tamaño que resulta especialmente grande. Pero no siempre se pone nombre a todos los asteroides y quién sabe cuáles son los motivos por los que este en cuestión, conocido técnicamente como (467336) 2002 LT38, continúa sin uno.

Lo cierto es que su descubrimiento no es precisamente nuevo. Los científicos saben desde el año 2002 que este peligroso asteroide pasará muy cerca de nuestro planeta. Han tenido más de 20 años para prepararse cara a su acercamiento, pero hasta donde sabemos, no hay una posición oficial sobre lo que se espera de esta «visita». La única buena noticia es que la distancia todavía no va a ser tan cercana como llegará a serlo en el futuro. El día 24 de junio se espera que pase a una distancia de 6.657 millones de kilómetros. Pero ojo, porque en 2030 vuelve a amenazarnos.

Cada vez se acerca más

Los cálculos ya están sobre la mesa y los expertos saben qué esperar. Posiblemente, del comportamiento del asteroide este sábado, se harán interpretaciones que ayudarán a tener más claro qué podrá ocurrir en el siguiente acercamiento. En 2030 la distancia respecto a la Tierra será de solo 5.157 millones de kilómetros, lo que lo coloca todavía en una posición más remarcada en lo que se consideran asteroides potencialmente peligrosos.

¿Qué sabemos de este asteroide? Los datos que tenemos nos desvelan que es un asteroide de tipo S, contando con una forma irregular no esférica y una composición rocosa, posiblemente con silicatos tal y como suele ocurrir en la mayoría de los asteroides de esta categoría. Se descubrió de forma inicial en el Laboratorio Lincoln en Nuevo México y la primera curva de luz que se obtuvo del mismo la consiguió el astrónomo Brian Warner en California en el año 2016.

Desde entonces se ha tenido tiempo suficiente para estudiarlo y saber que orbita el Sol cada 9 meses, aunque todavía quedan importantes datos que conocer del asteroide. Está considerado un planetoide, lo que aumenta el interés que despierta entre los amantes de la astronomía. Y, como decíamos, aunque recibió su numeración de (467336) 2002 LT38 en el año 2016, todavía no ha recibido nombre. La pregunta es si los científicos están esperando al próximo acercamiento y análisis o si optarán por dejarlo sin nombre incluso teniendo en cuenta su acercamiento del año 2030, el cual seguro que da mucho de que hablar.

Las consecuencias de que un asteroide como este que pasa cerca de la Tierra acabe cayendo en nuestro planeta podrían ser realmente contundentes. Terremotos, problemas en las comunicaciones, cambios en los ecosistemas de la Tierra u otras consecuencias devastadoras. Por ello, los astrónomos no pierden de vista este tipo de acercamientos a los que se analiza sin descanso.

 

Fuente: adslzone