El tiburón también encaja en el dicho de «por la boca muere el pez». Se dice mucho sobre el poderío que tienen los tiburones en el océano, pero los estudiosos que han dedicado su vida al análisis de este escualo, saben perfectamente de qué pie calza. Así, hay una criatura marina que no solo intimida al tiburón, sino que puede acabar con ella con facilidad: la orca.

Huir a máxima velocidad

Eso es lo que hacen los tiburones si se encuentran ante la situación de cruzarse con una orca. A su favor tienen algo importante: las orcas, por mucho que sean conocidas como «orcas asesinas» en su nombre en inglés, no suelen ser tan agresivas como sus presas. No obstante, no es una regla que se cumpla en todos los casos tal y como han demostrado incidentes recientes, entre los que no se olvida el vídeo en el que se puede ver a dos orcas acabando con dureza con un tiburón.

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Estas orcas, no obstante, son bien conocidas y ya han sido protagonistas de varios incidentes en los que, eso sí, han colaborado en demostrar el motivo por el cual los tiburones las temen. No solo acaban con ellos de manera estratégica, calculando hasta el último de sus movimientos, sino que devoran con rapidez los hígados de sus víctimas. Es ahí donde se encuentra lo más jugoso que tienen los tiburones y que no quieren dejar pasar por ninguno de los motivos.

Según registros, las orcas pueden acabar con cualquier tipo de tiburón, incluso con los blancos de mayor envergadura. Para ello cuentan con distintas formas de atacar que implican llevar el combate hacia su terreno y manejar a su rival de la manera en la que crean más conveniente para debilitarlo. Algunas inmovilizan al tiburón, mientras que también hay casos de orcas que han llevado a los tiburones a la superficie para golpearlos con la cola. Además, las orcas suelen dejar los cadáveres de los tiburones en un estado moderadamente bueno tras sacarles el hígado con precisión, lo que las ayuda a continuar intimidando a su rival en el océano.

¿Es más peligrosa una orca o un tiburón?

Esta es la pregunta que no podemos evitar pensar cuando valoramos lo que sabemos de las orcas y de los tiburones. El cine se ha ocupado de hacer que los tiburones se presenten como el pez más terrible de los océanos y el que más miedo da. No les ayuda el aspecto que tienen ni la forma en la que cazan. Por su lado, a favor de los tiburones no juega que películas como Liberad a Willy se hayan convertido en clásicos del cine y que nos muestren el lado más amable de este tipo de ser vivo. ¿Cómo podría ser más aterrador Willy que un tiburón?

Y lo cierto es que hay que apoyar la teoría que nos vende el cine. Aunque la orca es mucho más temible y sabemos que es el depredador número 1 del tiburón, sus encuentros con los humanos no acaban tan mal como los que se producen de la mano de tiburones. Incluso es bien sabido que hay muchas orcas que han sido entrenadas para dar espectáculos, tal y como se podía ver en la mencionada película. En cambio, el tiburón no es un pez que vaya a prestarse a ese tipo de relación y, si se siente en peligro, siempre atacará a las personas que tenga a su alrededor.

Estadísticamente, solo se han producido cuatro muertes registradas de un humano a manos de una orca y todas ellas han sido en cautividad. Además, tres de estas muertes fueron responsabilidad de la misma orca: Tilikum, que murió en 2017 tras una enfermedad. En cambio, las muertes por tiburón se producen todos los años por mucho que las autoridades avisen e intenten alertar de su presencia en las costas. Hasta ahora se han registrado más de 70 personas que han fallecido víctimas de ataque de tiburón. Por lo tanto, el tiburón sigue estando en el puesto número uno de nuestras pesadillas en lo que se refiere al océano.

 

Fuente: adslzone