De acuerdo con un tweet publicado por Alfonso Pérez Medina, periodista responsable de tribunales de la Sexta TV , “en Madrid se han presentado más de 50 denuncias ante la Fiscalía en las últimas semanas de ciudadanos preocupados que piensan que «el Gobierno nos está fumigando». La raíz de esto son los famosos chemtrail o estelas químicas. De acuerdo con esta teoría los gobiernos y/o diferentes organismos están involucrados en un programa secreto para agregar químicos tóxicos a la atmósfera desde los aviones. Estas sustancias forman columnas visibles en el cielo, detrás de los aviones. Y lo hacen por varios motivos, según las diferentes teorías: la esterilización, la reducción de la esperanza de vida, el control mental o el control del clima.

Antes de explicar el sinsentido de esta afirmación, vamos con algunos datos.  Para saber si esto podía tener algo de cierto 77 científicos publicaron un informe en la revista Environmental Research Letters después de investigar la supuesta evidencia de la intención de envenenarnos a través de chemtrails. Estos científicos son expertos en ciencia atmosférica, química, meteorología y física. De esos 77 científicos, 76 dijeron que no encontraron evidencia de un «programa atmosférico secreto a gran escala», eso es el 98,7%. En cambio, señalan que «los datos citados como evidencia podrían explicarse a través de otros factores, incluida la física y la química bien entendidas asociadas con los aviones».

En otras palabras, la evidencia apuntaba a que las estelas eran simplemente el resultado normalmente esperado de los aviones que volaban por el aire. ¿Qué pasó con el científico 77? Descubrió que en un lugar remoto, los niveles de bario en la atmósfera eran inusualmente altos en relación con los niveles de bario en el suelo. Aunque no se confirmó que los niveles de bario estuvieran relacionados con una operación química a gran escala, el científico dudó y por ello no formó parte de los restantes 76. Y eso es precisamente lo que hace la ciencia: dudar hasta encontrar evidencias, investigar y confirmar la información obtenida para obtener pruebas que respalden una afirmación.

Afirmaciones extraordinarias, evidencias extraordinarias

Si por algún motivo me levanto mañana por la mañana con la certeza inequívoca de que los humanos y los dinosaurios convivimos en el tiempo o publico en mis redes sociales que la Tierra es plana, lo que debo hacer es mostrar pruebas que respalden cualquiera de esas teorías. ¿Por qué? Sencillamente porque la ciencia trabaja a partir de aportar pruebas que demuestren que lo que hasta ahora creíamos no es cierto. En pocas palabras: si propongo una nueva teoría soy yo quien debe probarla y no los demás quienes deben confirmar que estoy mintiendo o diciendo la verdad. Y la realidad es que hasta la fecha no se ha presentado ninguna evidencia creíble de que existan estelas químicas que persigan los propósitos mencionados anteriormente.

Las estelas de vapor son nubes en forma de línea producidas por el escape del motor de un avión o cambios en la presión del aire, generalmente a altitudes de crucero de aeronaves varios kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Las estelas se componen principalmente de agua, en forma de cristales de hielo. La combinación de vapor de agua en los gases de escape de los motores de los aviones y las bajas temperaturas ambientales que existen en altitudes elevadas son las que propician la formación de las estelas. Las impurezas en el escape del motor del combustible, incluidos los compuestos de azufre (0,05% por peso en el combustible para aviones) proporcionan algunas de las partículas que pueden servir como sitios de nucleación (la formación de partículas pequeñas y estables provocadas por los cambios térmicos)  para el crecimiento de gotas de agua en el escape. Si se forman gotas de agua, podrían congelarse para formar partículas de hielo que componen una estela. Su formación también puede desencadenarse por cambios en la presión del aire en los vórtices de las alas o en el aire sobre la superficie del ala.

¿Por qué algunos aviones las emiten y otros no?

Dependiendo de la temperatura y la humedad y de la altitud a la que se formen las estelas, estas pueden ser visibles solo durante unos segundos o minutos, o pueden persistir durante horas y extenderse a varios kilómetros de ancho. Básicamente se trata de un fenómeno en el que los restos de la combustión del motor interactúan con la atmósfera, la velocidad y la altura a la que vuela el avión para producir estas estelas. Y mientras nadie demuestre fotografías con cabinas de aviones cargadas con tanques con químicos, ningún científico “desertor” relate los entresijos de este supuesto programa o ningún periodista o persona tenga pruebas del contenido químico de estas estelas y su acción perjudicial para los humanos, para el clima o para los habitantes de Júpiter (ironía en modo ON), habrá que seguir confiando en la ciencia,

 

Fuente: adslzone