Todo comenzó poco más de un año atrás, en parte debido a la pandemia que permitió un ensayo de trabajo en forma remota a gran escala. A partir de ese momento cada vez más países han comenzado a realizar ensayos para llevar a la práctica una semana laboral de 4 días. Australia, Austria, el Reino Unido, Dinamarca, estados Unidos, Suiza, Países Bajos y hasta España han hecho ensayos pilotos para demostrar sus beneficios en los empleados y en las familias. En total ya son 20 los países que de uno u otro modo están evaluando esta opción.

Y ahora le toca a la ciencia. Un equipo de científicos de la Universidad de Australia del Sur, liderados por Ty Ferguson señala que es una opción que aportará importantes beneficios a gran escala, principalmente en nuestra salud. En un estudio publicado en International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, el equipo de Ferguson evaluó la rutina diaria, antes, durante y después de las vacaciones, de más de 300 adultos con una edad promedio de 40 años. Para obtener información de los voluntarios se los equipó con los dispositivos Fitbit Charge 3 y debían usarlos las 24 horas del día durante 13 meses. Los datos obtenidos permitieron comparar los comportamientos de movimiento durante y después de las vacaciones (4 semanas) con los niveles previos a las vacaciones (14 días).

Las conclusiones señalan que las personas mostraban comportamientos más activos y saludables cuando estaban de vacaciones. Incluso, y aquí viene lo importante, si el descanso era apenas de tres días ya se detectaba un cambio sustancial.  cuando solo tenían un descanso de tres días.

A lo largo del período de estudio de 13 meses, las personas generalmente tomaron un promedio de dos a tres vacaciones, cada una de alrededor de 12 días. Los datos mostraron que durante los periodos de descanso se participaba de más actividad física, mejoraba la calidad del sueño, se reducía la frecuencia cardíaca general y los niveles de estrés posteriores a las vacaciones tardaban más tiempo en recuperar los niveles normales del periodo laboral. Y, nuevamente, los tres días de descanso mostraban un cambio en la tendencia.

“En este estudio, descubrimos que los patrones de movimiento mejoraron durante los periodos de descanso – explica Ferguson en un comunicado –, con un aumento de la actividad física y una disminución del comportamiento sedentario observado en todos los ámbitos. También descubrimos que las personas dormían 21 minutos adicionales cada día, lo que puede tener una variedad de efectos positivos en nuestra salud física y mental. Por ejemplo, dormir lo suficiente puede ayudar a mejorar nuestro estado de ánimo, función cognitiva y productividad. También puede ayudar a reducir nuestro riesgo de desarrollar una variedad de condiciones de salud, como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y depresión”.

Tranquilo jefe, que la productividad no baja

Para la coautora del estudio, Carol Maher, experta en salud y población, los resultados apoyan el creciente movimiento para instalar una semana laboral de cuatro días.

“Las empresas de todo el mundo están probando una semana laboral más corta. No es sorprendente que los empleados señalen menos estrés, agotamiento, fatiga, así como una mejor salud mental y un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida. Este estudio – añade Maher – proporciona evidencia empírica de que las personas tienen patrones de estilo de vida más saludables cuando tienen un breve descanso, como un fin de semana de tres días. Se espera que este aumento en la actividad física y el sueño tenga efectos positivos tanto en la salud mental como física, contribuyendo a los beneficios observados con una semana laboral de cuatro días”.

Y si la preocupación es la productividad, ya podemos comenzar a descartarla. Un estudio realizado en el Reino Unido por la Universidad de Cambridge y que incluyó 61 organizaciones y empresas del país, analizó el bienestar de los empleados durante una prueba de 6 meses con una semana laboral de 4 días. Los resultados no solo mostraron mejor salud también señalaron que no hubo un descenso de la productividad ni una merma en las ganancias

“Es importante destacar que nuestro estudio también mostró que incluso después de unas vacaciones cortas, la mejor calidad de sueño se mantuvo durante dos semanas – concluye Maher –, lo que demuestra que los beneficios para la salud de un descanso de tres días pueden tener efectos duraderos más allá de las vacaciones en sí. A medida que el mundo se adapta a una nueva normalidad, tal vez sea hora de aceptar el fin de semana largo como una forma de mejorar nuestra salud física y mental”.

 

Fuente: adslzone