Los tratados internacionales de imposición tienen ya varias décadas a sus espaldas, y fueron firmados en una época donde la globalización digital no había ni siquiera comenzado. Esto es lo que permite a las empresas tecnológicas actuales tributar en otros países. Por ello, los 137 países han acordado reescribir las normas impositivas en los próximos meses tal y como ha revelado la OCDE este viernes tras haber llegado a un acuerdo esta semana en Paris.

La elusión de impuestos de estas empresas ha llegado ya a un punto de no retorno, donde se ha hablado de introducir impuestos directamente sobre beneficios relacionados con los datos de los usuarios a empresas como Google, donde incluso han llegado a quejarse porque tendrían que estar pagando un 25% de Impuesto de Sociedades, y no quieren ni pagar el 3% de la famosa tasa Google. Además, Estados Unidos ha amenazado con aranceles a los países que impongan esta normativa a nivel individual, por lo que es mejor una acción conjunta de todos los países.

La ingeniería fiscal de las tecnológicas va a acabarse este año

Actualmente, lo que hacen estas empresas es decir que sus sedes europeas, como la de Apple en Irlanda, son las que “venden” los productos y servicios, y sus sociedades en cada país donde realizan la venta son meras intermediarias. De esa forma, sólo tributan por una pequeña parte de la venta real del producto y el resto lo tributan a un tipo impositivo irrisorio en el paraíso fiscal. En el caso de la UE, países como Irlanda o Luxemburgo tienen euro, pero son paraísos fiscales para Apple y Amazon, respectivamente.

Las nuevas normas determinarán dónde deben pagarse los impuestos y qué porcentaje de los beneficios deberán ser pagados cuando las empresas digitales no tengan presencia física en el país. Su aprobación se hará más rápido de lo normal para evitar que haya países que introduzcan sus propias tasas a las tecnológicas y que generan una nueva guerra comercial como la que podría ocurrir entre la UE y Estados Unidos.

Esto último es muy posible que ocurre si no hay una legislación conjunta, tal y como vimos con las tensionesque hubo entre Francia y EEUU cuando dijeron que iban a imponer su tasa “GAFA”. Finalmente, ambos países firmaron una tregua algo frágil para retrasar la legislación a finales de año después de que se aprueben las nuevas reglas de imposición de la OCDE. Estados Unidos había propuesto a la OCDE que las empresas eligieran si querían someterse a la nueva legislación o quedarse con la vigente, lo cual no recibió el apoyo de ningún país.

Si las empresas realmente empiezan a pagar los impuestos que deben en cada país, esto podría traducirse en un aumento de precios, aunque todas las empresas tienen beneficios más que de sobra para hacer frente a los impuestos que están obligadas a pagar por ley.

 

Fuente: Reuters | adslzone