Cuando hablamos de redes móviles, en realidad, no hablamos en exclusiva de 4G; igual que cuando hablamos de WiFi no nos referimos únicamente a conexiones de fibra óptica. Pero las conclusiones del último estudio de OpenSignal, en el enfrentamiento entre las redes móviles y el WiFi, para el acceso a Internet, son del todo reveladoras. Nos enseñan que, efectivamente, la evolución de las redes móviles está siendo rápida, hasta el punto de que, en una gran cantidad de países, ya son más rápidas que la conectividad WiFi. En Australia, que da los resultados más llamativos, se han obtenido 21,6 Mbps como velocidad de descarga en WiFi frente a 34,6 Mbps como tasa de transferencia en descarga con redes móviles.

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Las redes móviles no son solo el futuro, también el presente

Lleva tiempo ya hablándose de las redes móviles 5G como el futuro de la conectividad a Internet, ofreciendo conexiones Gigabit como la banda ancha fija. Pero las redes móviles no son solo el futuro, sino también el presente. Los teléfonos inteligentes han sido los grandes impulsores, y el 4G es el protagonista en estas cifras. Evidentemente, con la ‘cuarta generación’ de redes móviles, la velocidad de navegación por Internet se ha incrementado de manera destacable. Los datos del gráfico anterior, de OpenSignal, lo demuestran.

En los países en los que más se nota la diferencia entre redes móviles y WiFi, en favor de las primeras, hay una diferencia incluso superior a 10 Mbps en la velocidad de descarga. De 80 países en los que se ha llevado a cabo este estudio, en un 41% de ellos –33 países en total-, la velocidad de navegación por Internet es más rápida cuando se utilizan redes móviles que cuando se hace uso de redes WiFi. Todo esto se ha llevado a cabo con teléfonos inteligentes.

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La culpa no es de la tecnología, sino de la configuración de las conexiones WiFi

Evidentemente, a estas alturas las capacidades del WiFi están bastante por encima del 4G; al menos en sus máximas. Con conexiones de 100, 200, 300 o 600 Mbps en banda ancha fija, y llegando incluso a superar el Gigabit, las redes basadas en banda ancha fija están muy por delante del 4G incluso en sus mejores iteraciones. Pero el mantenimiento de las redes móviles depende, por completo, de los operadores de telecomunicaciones. Las conexiones WiFi, sin embargo, dependen en última instancia de la instalación final a nivel doméstico.

Es decir, que el gran problema del WiFi no está en las capacidades de la tecnología, sino en la configuración de la misma. Pueden llegar 600 Mbps hasta el router, por ejemplo, y que estén sirviéndose apenas 100 Mbps a través del WiFi. La diferencia es sustancial y puede tener que ver con el estándar en uso o la disponibilidad de señal. En cualquier caso, problemas de configuración que penalizan la tasa de transferencia máxima disponible para los dispositivos móviles conectados en red.

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Entonces ¿debería desactivar el WiFi cuando uso Internet desde el móvil en casa o la oficina?

Evidentemente, por norma general la respuesta es no, y un no rotundo. Por los costes añadidos que supone el exceso de consumo en redes móviles, principalmente. Aunque han empezado a llegar las primeras tarifas móviles ilimitadas, la banda ancha fija sigue siendo el aliado perfecto del smartphone en casa. Quizá con la llegada del 5G toque empezar a pensar en usar las redes móviles en casa, o en la oficina, pero por el momento no. También por cuestiones de latenciaalgo crucial en videojuegos, por ejemplo- y por estabilidad.

En lo que sí deberíamos pensar más, y lo evidencian estos datos, es en optimizar la configuración de las redes inalámbricas domésticas, nuestra WiFi. Y no son pocas las formas que tenemos a nuestro alcance; desde PLCs hasta configuraciones WiFi Mesh, e incluso pasando por cuestiones tan sencillas como el ajuste del canal de funcionamiento de la conexión inalámbrica, o el aprovechamiento de la banda de 5 GHz.

 

Fuente: opensignal | adslzone