Ethereum y Bitcoin ¿en qué se parecen?

Si comenzamos hablando por sus características comunes, ambas tienen un uso como moneda, cada una de ellas con su simbología propia y disponen de carteras software o web. Su uso queda registrado en cadenas de bloques y siempre que se efectúa una transacción, ésta no puede dar marcha atrás.

Se pueden usar tanto para pagar, comprar como para almacenar divisa como reserva de valor. Una de las características que más destacan en este tipo de moneda digital es que el valor se mueve directamente entre los participantes, sin tener que pasar por un intermediario (entidad financiera o cualquier organización).

Sin embargo, dejando a un lado las características comunes, existen muchas diferencias entre Bitcoin y Ethereum.

¿Qué las hace diferentes?

Una de las primeras diferencias que encontramos es a la hora de dividir la parte entera del valor de las monedas digitales en decimales. En el caso de Bitcoin, esta división llega a 8 decimales, mientras que en el caso de Ethereum alcanza los 18. Esto es algo así como los céntimos de cualquier moneda corriente.

Las unidades más pequeñas de Bitcoin se denominan: mili bitcoin, micro bitcoin y, la más pequeña, satoshi. Por su parte, 1 ether, como se llama la moneda de Ethereum, se divide en: finney, szabo, shannon, babbage, lovelaces y, la más pequeña, wei.

Cada una de las monedas digitales, evidentemente, utiliza sistemas de seguridad en forma de algoritmo. Es la manera que tienen de mantener una fortaleza a niveles criptográficos. Sin embargo cada una de ellas utiliza un sistema diferente: en el caso de Bitcoin usa el algoritmo SHA-256d, mientras que Ethereum utiliza EtHash.

También difiere, y mucho, el tiempo que se necesita para que un bloque se confirme y valide por un minero. En el caso de Bitcoin el tiempo para que se añada a la cadena de bloques es de unos 10 minutos (600 segundos), mientras que en Ethereum es de únicamente 16 segundos.

El premio que se obtiene por bloque minado es constante en el caso de Ethereum, mientras que es decreciente en Bitcoin. En los primeros, por cada bloque minado dan 5 ethers de manera fija, mientras que Bitcoin utiliza un ajuste que se denomina Halving y aproximadamente cada 4 años (cada 210.000 bloques) se divide. En un primer momento el premio eran 50 bitcoins, posteriormente pasó a 25 y, desde el verano pasado, el premio es de 12,5.

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Pero si hay una diferencia que destaca por encima de todas, es la cantidad de monedas de cada una de ellas. Por parte de Bitcoin, el límite máximo que se generarán son 21 millones de monedas, mientras que en el caso de Ethereum no existe tal límite. Esto provoca que en el caso de la primera sea un sistema deflacionario, cada vez una unidad debería de tener más valor, mientras que el segundo es inflacionario, mientras más unidades generen, menor valor tendrán.

Este apartado, el de crear un sistema deflacionario o inflacionario, daría para reflexionar y para cada tipo de usuarios podría ser mejor uno. ¿Queremos utilizar la criptomoneda para comprar o simplemente para invertir? Ahí radica una de las diferencias a la hora de elegir Bitcoin o Ethereum.

Otra diferencia entre las dos monedas digitales es la del recálculo del ciclo de dificultad, es decir, el tiempo que tardan en informar a la red del nuevo valor. En el caso de Bitcoin tarda 2016 bloques, mientras que Ethereum lo hace cada bloque (cada 16 segundos aproximadamente). Esto, no obstante, es algo que se va incrementando ya que cada vez hay más dispositivos conectados a la red para realizar pruebas de minado.

El tamaño del bloque en Bitcoin está limitado a 1 Mb, mientras que en Ethereum no hay definido ningún límite hasta ahora. Cada bloque tiene todas las transacciones nuevas que se han efectuado. Como hemos visto, en Bitcoin recoge las transacciones de los últimos 10 minutos aproximadamente, mientras que en Euthereum es de unos 16 segundos.

Forma de minar ¿cómo se consigue acumular Bitcoin o Ethereum?

¿Cómo se mina en cada criptomoneda? Esta es otra diferencia importante, ya que en el caso de Bitcoin hay dispositivos especialmente diseñados para esta tarea, además de cualquier equipo común que no haya quedado obsoleto, mientras que en Ethereum solo pueden minar aquellos aparatos con una CPU (ordenadores, tablets, móviles) o GPU (tarjetas gráficas).

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El valor de cada una de las monedas digitales varía constantemente. En el momento de escribir este artículo, 1 ether equivale a 243,58 dólares, mientras que 1 bitcoin es 2.436,62 dólares. Esto significa 10 veces más valor en el caso de Bitcoin.

Actualmente hay 16,4 millones de Bitcoin en circulación, lo que hace que su valor total de mercado (market cap) sea de 38.880 millones de dólares. Ethereum, por otra parte, cuenta con 92,8 millones de monedas en circulación, alcanzando un market cap de 22.674 millones de dólares en estos momentos.

Algunos ejemplos de su volatilidad es que vimos como durante el pasado mes de mayo, el Bitcoin alcanzó máximos históricos y triplicó el valor de los últimos 12 meses o que El Ethereum vuelve a caer con fuertes ventas tras enormes subidas.

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Los contratos inteligentes

Ethereum posee una característica propia que, al menos de momento, no tiene Bitcoin. Esto son los contratos. Los contratos llevan una marca que se denomina “token” y que identifica, de manera única, cada uno de los contratos que se realizan. Es cierto que con Bitcoin puede realizarse algunos tipos de contratos con sellados de tiempo, por ejemplo, pero no cuenta con las mismas características.

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Esto se conoce por el nombre de contrato inteligente y no es más que una pieza de código software que se ejecuta, de forma transparente, al usuario y que incluye una transacción financiera. En este caso Ethereum otorga la posibilidad de crear un software distribuido sin limitaciones y que se ejecuta en el blockchain (múltiples dispositivos), con los que poder efectuar pagos.

Pero, ¿para qué sirven estos contratos inteligentes? Su utilidad es muy amplia, pero una de las principales es que podemos hacer cosas que permite un sistema bancario normal, como adquirir productos como seguros. Eso sí, sin intermediarios. Un ejemplo sería un seguro de coche en el que pagamos una cuota y si tenemos un accidente el seguro hace frente a los gastos. Este compromiso se basa en la confianza de que la compañía va a pagar.

Con un contrato inteligente no hay que confiar en nadie, ya que el dinero del compromiso del pago y de la primera quedan ligados en este contrato que se ejecuta automáticamente.

 

Fuente: adslzone