En teoría, el ojo humano es capaz de captar hasta 25 imágenes diferentes por segundo. ¿Es eso cierto? En realidad, no del todo, pero se parte sobre esa base. Cuantas más imágenes muestra una pantalla por segundo, más fluido es el movimiento en forma de vídeo, en tanto que la diferencia entre una imagen y su siguiente es menor y, por tanto, al ojo humano le cuesta más captar esa imagen estática que se diferencia de la anterior ligeramente. Pero no solo hay que tener en cuenta la tasa de refresco por este motivo, sino también porque supone un cuello de botella para los dispositivos que procesan estas imágenes.

Da igual tu hardware, tu pantalla puede estar haciendo un ‘cuello de botella’ por su tasa de refresco

Si tu pantallatelevisor o monitor- solo soporta 50 Hz, entonces da igual si estás utilizando una Nvidia GTX 1080 Ti que sirve 200 fps. ¿Por qué? Porque la tarjeta gráfica está produciendo 200 imágenes diferentes por segundo, que es lo que define al frame rate, pero la pantalla solo es capaz de actualizarse 50 veces en ese mismo segundo. Es decir, que están perdiéndose 150 imágenes que no se pueden mostrar por las capacidades máximas del monitor, o de la pantalla. Esto, en ocasiones, provoca efectos negativos sobre la imagen o, sencillamente, una pérdida de frames.

Por eso los monitores de 144 Hz, o incluso más, son tan apreciados en el mundo del gaming. Con estas prestaciones, el monitor sería capaz de mostrar un máximo de 144 imágenes por segundo, que pueden ser servidas por el procesador de gráficos, o no. Pero no impondrá un límite menor y, por tanto, no causaría ningún cuello de botella hasta llegar a esta cifra. Si la tarjeta gráfica sirve esos 200 fps, en este caso estaríamos perdiendo 56 imágenes, frente a los 150 cuadros perdidos que comentábamos antes. No obstante, en pocos videojuegos vamos a alcanzar un framerate tanto alto; y para ellos, también hay monitores por encima de los 200 Hz como tasa de refresco.

 

Fuente: adslzone