Lo primero que tenemos que tener claro es el presupuesto, sobre todo si vamos a usar el ordenador a largo plazo. Además de ese presupuesto, tenemos que tener claro el rendimiento que estamos obteniendo por el precio que estamos pagando. A los dos años de comprar el ordenador, puede que nos arrepintamos de no haber gastado un 10% más por obtener un 30% más de rendimiento.

Con los procesadores y las tarjetas gráficas, las generaciones no suelen durar más de un año o año y medio a lo sumo, luego son productos que se actualizan frecuentemente. Una tarjeta gráfica de NVIDIA, por ejemplo la GTX 970, salió a 369 euros a finales de 2014, y su precio no ha bajado de ahí hasta que ha salido la GTX 1060. Luego en este caso lo más eficiente es comprarla en el momento de salida.

CPU y GPU

Otras tarjetas gráficas sí bajan más de precio, como es el caso de las AMD, pero tampoco demasiado como para representar un ahorro. Al final, lo que hay que observar sobre todo es el tiempo que lleva un modelo en el mercado, y cuándo va a ser sustituido.

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Con los procesadores ocurre lo mismo. Un i7-4770K costaba 280-300 euros cuando salió, y el i7-6700K vale 335 euros, unos 40 euros más, y da un rendimiento un 8% superior, por un 12% más de dinero. Intel conoce muy bien esto, y por ello no varía mucho el precio de sus procesadores, ya que los 3770, 4770 y 6700 han mantenido un rendimiento muy parecido, y el precio ha rondado en todos los casos los 250-330 euros.

Esto ocurre porque el mercado de CPU y GPU es muy inelástico, ya que al haber pocas marcas que compitan entre sí, pueden permitirse estos precios, debido a que los consumidores los van a comprar igual. Además, en las CPU cada vez es más difícil obtener grandes mejoras de rendimiento, debido a la dificultad de reducir el tamaño de los chips en los últimos años.

SSD

Con respecto al almacenamiento, el precio de los SSD no deja de caer en picado, debido a las mejoras en la tecnología y a la gran competencia que hay en este sector, por lo que si compras uno, es probable que al año y medio siguiente ya por lo mismo que pagaste puedas comprar un SSD del doble de capacidad.

A pesar de esto, en algún momento tendrás que comprar un SSD si quieres ponerle uno a tu ordenador, así que a pesar de que este sea el componente que más rápido se va a devaluar, en la actualidad comprar uno de 250 GB por unos 60-70 euros es una gran compra, a pesar de que a finales del año que viene ese vaya a ser el precio que tendrá un SSD de 500 GB.

RAM

La memoria RAM es un caso aparte, ya que su precio varía muy poco a lo largo de los años, y depende de factores de producción. En 2013 hubo un incendio en Taiwán que disparó el precio de los módulos de memoria RAM, debido a que hubo escasez de chips.

Con la introducción de la memoria RAM DDR4, los precios de DDR3 apenas han variado. Si acaso, algunos han disminuido un 20-30%, ya que la memoria DDR4 sustituye de lleno a la DDR3. Aunque no tenga ganancias de rendimiento aparentes, las altas frecuencias que ofrece con respecto a DDR3 y la mejora del ancho de banda será algo que se agradezca en los próximos años.

Placa base y fuente de alimentación

Las placas base mantienen un precio constante conforme van saliendo nuevos procesadores, y van añadiendo funciones y compatibilidad conforme avanzan éstos. Comprar una placa base va ligado a comprar un procesador, así que, si compras un procesador en un momento adecuado, también lo harás con una placa base.

Las fuentes de alimentación van actualizándose manteniendo el precio con respecto al modelo anterior, y sólo cambian componentes a nivel interno, sin que las funcionalidades se vean afectadas, más allá de una ligera mejora de eficiencia.

Disipador y caja

Por último, el resto de componentes también mantienen su precio, como son los disipadores y las cajas, ya que un nuevo modelo no cambia apenas nada con respecto al anterior. De hecho, el disipador más vendido en la actualidad, el Hyper 212 EVO salió a la venta en 2010 por el mismo precio que en la actualidad.

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Las cajas varían muy poco su diseño, aunque actualmente cada vez vemos menos cajas con hueco para unidades de DVD o Blu-Ray, o sólo un par de slots para discos duros, y muchos para SSD.

Si sale y lo quieres, cómpralo

En resumen, el mejor momento para comprar la mayoría de componentes (excepto los SSD) es en el momento de su salida, ya que el precio se mantiene prácticamente constante hasta que salen nuevos modelos, y el ahorro de esperar tiempo no va a ser significativo. En el caso de no querer el último modelo cuando salga, también es buena opción recurrir al modelo de la generación anterior en el caso de que haya sufrido una rebaja sustancial.

 

Fuente: adslzone