Para construir una imagen, una cámara infrarroja utiliza un termograma, que es, a grandes rasgos, un patrón de temperaturas. Estos datos se envían al procesador de la cámara, que, junto con la imagen, es capaz de mostrar una imagen térmica como las de abajo.

camara-termica-portatil-grafica.jpg

Las primeras cámaras térmicas utilizaban imágenes monocromo. Es decir, iban desde el negro al blanco, siendo el blanco el más cálido. Las nuevas cámaras asignan colores “falsos” a estas imágenes en función del rango de temperatura en el que se sitúen. Los colores azul y violeta se utilizan para el frío. Del violeta, se pasa al rojo, naranja, amarillo y se llega hasta el blanco, siendo este el más caliente de todos. Estas cámaras tienen una resolución baja, y cuanto mayor sea la distancia a la que se sitúa el objeto cuya temperatura queremos conocer, menor será la precisión.

Sensores pasivos y activos

Hay dos tipos de sensores para detectar calor en un objeto: pasivos y activos. Los pasivos detectan el calor que emite un objeto por sí mismo. Los activos, por otra parte, además de detectar el calor, son capaces de calentar la superficie del objeto a través de un láser u otra fuente de energía, con el objetivo de que el sensor pueda recoger más fácilmente la información sobre la temperatura. Esto es muy utilizado en la industria automovilística, debido a que con un sensor térmico activo es más fácil detectar fallos en la construcción de los vehículos. Otros usos de los sensores es conocer fallos técnicos en cableado eléctrico.

Cat-S60-1.jpg

Estos sensores son muy sensibles, y necesitan contacto visual directo con el objeto. A través de un cristal o una ventana, es mucho más difícil obtener esta información. Los sensores térmicos tienen también su aplicación militar, debido a que es mucho más fácil detectar enemigos o armas ya que emiten calor. Por ello, hay ropa que es capaz de bloquear esta señal térmica, y ser “invisible” a los sensores térmicos.

Algunos teléfonos tienen cámara térmica

Su coste de fabricación es cada vez menor, y de hecho hay teléfonos que incluyen sensores térmicos en sus cámaras, como el CAT S60 anunciado durante la MWC este año. Para añadir esta funcionalidad a los teléfonos, encontramos productos como Compact, de Seek Thermal, que, por 250 euros,nos permite convertir nuestro teléfono en una cámara térmica, o incluso la misma Flir, fabricante del CAT S60, vende un accesorio similar.

 

Fuente: adslzone