Cuando no tenemos conexión WiFi privada y no queremos usar las redes públicas, normalmente recurrimos a ese amigo o familiar con datos ilimitados o con muchos GB mensuales. La persona en cuestión solo debe dirigirse a los ajustes de su smartphone, buscar el apartado llamado «Punto de acceso portátil» o «Punto de acceso personal» y activarlo. Después, bastará con que el resto se conecte como si se tratase de una red normal, añadiendo la contraseña que le dicten.

Sin embargo, si eres quien comparte los datos, hay ciertas cosas en las que deberías prestar atención. Ya sea por seguridad o para evitar un consumo excesivo de gigabytes o que Internet vaya más lento. En este artículo, te contamos todo en lo que deberías fijarte si normalmente eres el encargado de ceder los datos en viajes largos.

Peligros de seguridad

Al activar el punto de acceso de un teléfono, no solo los conocidos con los que queremos compartir datos ven la señal WiFi generada. También todas las personas que estén cerca y estén buscando una red a la que conectarse la verán. Esto no tendría que suponer ningún problema si no fuese porque no todo el mundo tiene buenas intenciones.

Esta función puede exponernos a ataques de ciberdelincuentes que se encuentren cerca de nosotros. Por suerte, existen formas de evitarlo. Aunque dependiendo del móvil que tengas los ajustes pueden cambiar, hay modelos que permiten poner un límite de dispositivos conectados. De esta manera, podrás controlar que solo tus amigos usen tus datos y no haya ningún extraño que acceda.

Además, conviene cambiar la contraseña que viene por defecto. Como ocurre con el router, la clave preestablecida no suele ser la mejor. Pero tampoco es aconsejable añadir una que siga patrones comunes, como 123456789 o qwer1234, o palabras o números que tengan un significado para nosotros.

Lo ideal es usar números, letras y símbolos al azar e intentar no decirlos en voz alta. Para evitar que otros escuchen la contraseña, puedes enseñar la pantalla de tu smartphone a tus conocidos uno a uno, para que vayan conectándose.

Mayor consumo de datos

Otro riesgo de compartir datos a través de un punto de acceso es la posibilidad de quedarse sin datos pronto. Si tienes una tarifa de GB ilimitados, posiblemente no temas por esto, pero si tienes 30 gigabytes al mes, no te salvas de quedarte sin datos.

En caso de que tus amigos sean de fiar, pídeles que controlen el gasto excesivo. Para que no se agoten los datos, deberán evitar descargar grandes archivos, ver vídeos en streaming o realizar videollamadas, por ejemplo.

Pero, si ves que no hacen caso, no te preocupes, puedes ‘cortarles el grifo’ en cualquier momento. Solo tendrás que desactivar el punto de acceso. Hay móviles que incluso permiten poner un límite de uso y, cuando se alcanza cierto número de gigas, se deshabilita por su cuenta.

Pongámonos en el supuesto de que tienes 30 GB con tu tarifa y tus amigos te piden que compartas datos. Según la configuración de tu móvil, podrás hacer que este desactive la función cuando gastes 15 GB. Así, te asegurarás de tener suficientes datos para ti el resto del mes.

Menor velocidad a Internet

Incluso si prestas atención a que nadie ajeno a tu grupo de amigos use los datos y evitas un consumo excesivo, hay otro motivo por el que debes pensártelo dos veces antes de activar el punto de acceso: la velocidad de navegación. Si compartes tus GB con muchas personas o estas usan varios dispositivos, el rendimiento de la red baja y la experiencia de conexión es más lenta.

La única solución a esta situación es limitar el número de dispositivos que se conecta a través de tus datos. Por ejemplo, si alguien tiene GB suficientes, por muy pocos que sean, es preferible que use los suyos en lugar de usar tu punto de acceso. También conviene que si no se está usando un dispositivo, este se desconecte de la red portátil.

 

Fuente: adslzone