Desde este fin de semana, Parler ha dejado de operar. La red, fundada por antiguos propietarios de Cambridge Analytica, llevaba meses de disputas con las grandes tecnológicas. Google la borró hace un tiempo de la Play Store, y Apple le exigía desde hace meses que moderasen los comentarios, ya que se hablaba con total impunidad de violencia, terrorismo, e incluso se compartía contenido ilegal. Al no hacer caso, la eliminaron.

Migración masiva de Parler a Telegram

A raíz de la expulsión de Trump de Twitter, y del baneo de más de 70.000 perfiles relacionados con QAnon, cientos de miles de personas se abrieron cuenta en Parler para poder difundir bulos, conspiraciones e incitar a la violencia. Parler usaba los servidores de Amazon, y la compañía de Jeff Bezos les cortó el grifo este fin de semana.

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Eso dejó a la ultraderecha sin una plataforma en la que poder comunicarse libremente. Por desgracia, ahora la gran mayoría de ellos está migrando a Telegram. Tanto es así, que el propio Pavel Durov anunció que ya habían sobrepasado los 500 millones de usuarios, con 25 millones de ellos uniéndose a Telegram entre el domingo y el martes. Entre ellos, además de usuarios de ultraderecha, han llegado muchos huyendo de las nuevas políticas de privacidad WhatsApp, las cuales, por suerte, no afectan en suelo europeo.

Hoy, Durov ha dicho que el ritmo de usuarios que se han unido se ha acelerado incluso en los últimos dos días, llegando a afirmar que se trata de una de las mayores migraciones digitales de la historia reciente. Además, nuevos presidentes de países se han abierto canales verificados en la aplicación, con un sistema de comunicación unilateral que no da pie a comentarios ni críticas.

Canales públicos y privados de Telegram: sólo se pueden moderar los primeros

La ventaja que tiene Telegram es que se pueden tener grupos privados en los que compartir cualquier tipo de contenido por falso que sea. En esos grupos privados, Telegram no puede saber qué contenido se comparte. Lo mismo ocurre con los canales privados de Telegram a los que sólo se puede acceder por invitación, los cuales no son accesibles por Telegram.

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Por suerte, a diferencia de lo que ocurría en Parler, Telegram sí que modera y elimina contenido ilegal, como la incitación a la violencia y terrorismo. Bajo esa premisa sólo se ven afectados los canales públicos, ya que son los únicos que pueden reportarse a Telegram. Los grupos y canales privados, al estar cifrados, quedan al margen de las autoridades, aunque también reducen su alcance al tener menos miembros y poder acceder sólo por invitación.

Telegram ya está moderando, bloqueando y expulsando este tipo de canales públicos de la red social, pero de los privados seguirán operando. Entre los públicos que han cerrado ya había un canal neonazi con 10.000 seguidores con una bandera nazi como logo.

En principio, esto no debería poner en peligro la operativa de Telegram. No se sabe exactamente qué servidores usa Telegram, pero en 2018 supimos que, al menos en Rusia, usaba servidores de Amazon y Google, por lo que ambas compañías podrían cortar el grifo si así lo quisieran.

En definitiva, Telegram, a pesar de sus numerosas bondades, se ha convertido en el nuevo refugio de la ultraderecha, aunque lo tienen complicado para incitar a la violencia en canales públicos, ya que ahora mismo se está haciendo el mayor esfuerzo de moderación en la historia de la app de mensajería. Si el hecho de que el ISIS usase Telegram no hizo que la app fuese expulsada de las tiendas de Google y Apple, esto no debería conseguirlo tampoco, a pesar de que el foco mediático pueda pasar a la app de Pavel Durov en los próximos días.

Si acabas de abrirte cuenta en la app de Pavel Durov, te recordamos que puedes evitar que te hablen desconocidos en Telegram

 

Fuente: adslzone