Según la información confirmada a través de fuentes oficiales, de las que se hace eco Zona Militar, el Consejo de Ministros de España aprobó este mismo martes 4 de noviembre la autorización para llevar a cabo dos importantes contratos para seguir con la estrategia. De esta manera, España se posiciona junto a Francia y Alemania en la carrera por potenciar su tecnología de defensa aérea.
España invierte 700 millones de euros
De esta manera, refuerza el compromiso de España con el proyecto, sobre todo teniendo en cuenta el actual contexto donde las discusiones sobre el reparto industrial entre París y Berlín están a la orden del día.
La inversión total que ha autorizado el Gobierno para estos dos contratos es de 700 millones de euros. En septiembre de este mismo año, ya se confirmó que España destinaría unos 560 millones de euros al desarrollo de NGWS o Next Generation Weapon System. Por su parte, los otros 140 millones que restan irían directamente a mejorar el sistema de combate aéreo del futuro.
¿Qué es el proyecto FCAS?
Se trata de un proyecto de un tamaño enorme que se espera que entre en servicio en el año 2040. Los dos contratos autorizados son claves para llevar a cabo el desarrollo de su base tecnológica, y están dentro del Programa Sistema Integral Aéreo de Última Generación.
Los valores estimados de los contratos son:
- Contrato 1 (Futuro Sistema Aéreo de Combate): Con un valor estimado de 160 millones de euros.
- Contrato 2 (Sistema de Armas de Nueva Generación, NGWS): Con un valor estimado de 540 millones de euros.
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— BAE Systems Air (@BAESystemsAir) September 3, 2025
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Además de que España cumple con su parte el acuerdo con la celebración de estos expedientes, también asegura su posición como socio de pleno derecho dentro del consorcio que forman los tres países en conjunto.
¿En qué se basa la nueva generación de defensa aérea?
Antes de nada, hay que dejar claro que el FCAS no hace referencia solo al desarrollo de un único avión de combate. El programa es mucho más amplio y da cabida también a la creación de un sistema de sistemas complejo y conectado entre sí:
- Drones acompañantes o Remote Carriers: aeronaves no tripuladas que volarán junto al caza principal de sexta generación, para ayudarle con tareas de vigilancia, ataque o señuelo.
- Capacidades de combate en red, permitiendo el intercambio constante y seguro de datos entre las plataformas.
- Sensores avanzados, con sistemas de detección y adquisición de objetivos de última generación.
Para integrar todo este sistema bajo un mismo núcleo, se servirá de la Nube de Combate o Combat Cloud, que conectará en tiempo real todas las plataformas aéreas, terrestres y navales que participen en una operación. Con esto, lo que se quiere conseguir es que la toma de decisiones esté mucho mejor coordinada.
Beneficios para España
Por un lado, se garantiza que las Fuerzas Aéreas españolas tengan acceso a la última tecnología, que será vital en las próximas décadas. Por otro, la inversión tiene un impacto directo en la industria nacional de defensa, ya que este tipo de proyectos son el motor tecnológico que obliga a las empresas nacionales a invertir en I+D+i.
Ahí entran en juego actores como Indra, quien ya es importante dentro del proyecto, sobre todo en temas de electrónica, sensores y sistemas de misión. El FCAS asegura que la industria española, además de ser proveedora, también sea capaz de diseñar y desarrollar tecnología que será vital para la próxima generación de sistemas de combates en el aire.
Fuente: Zona-Militar | adslzone

