La compra de una televisión de segunda mano puede ser muy buena idea en algunas situaciones y bajo ciertos contextos. Pero hay que tener cuidado para que la tentación de ahorrarnos dinero no se termine convirtiendo en un problema a largo plazo tal y como te vamos a explicar.
Televisiones OLED
Comenzamos con este ejemplo porque es el más ambiguo de todos. Si bien es cierto que comprar una televisión OLED de segunda mano no debe suponer un riesgo necesariamente, sí que es verdad que recomendamos verla en funcionamiento en persona.
Bajo ningún tipo de motivo deberías comprar una televisión OLED a ciegas sin verla funcionando, puesto que, cuando llegues a casa con ella, te podrías encontrar con que tiene muchas zonas de imagen ya quemadas. Si ves la televisión funcionando y te parece que funciona bien y que no tiene píxeles muertos, si el precio es muy ajustado, quizá no sea una mala compra. Pero ten en cuenta todo lo que, a lo largo de los años, hemos ido descubriendo sobre este tipo de pantallas.
Modelos de Plasma
El Plasma fue la tecnología OLED de su tiempo y, hoy día, ha quedado totalmente desfasada. Incluso si el término “plasma” te sigue sonando bien, lo cierto es que se trata de una tecnología que ha quedado atrás debido a que ya no se fabrican nuevas televisiones de plasma desde 2015. Esto significa que cualquier modelo que te ofrezcan de segunda mano va a tener diez años como mínimo.
Más allá de esto, los modelos de plasma se quemaban tanto como los OLED y sufrían otros problemas que se ven acrecentados con el paso del tiempo. Su alto consumo energético, la mala gestión de la temperatura que tenían y el deterioro lógico al que se habrán sometido, hace de ellas televisiones de las que deberías huir por mucho que las encuentres muy baratas.
Primera generación de pantallas 4K
Como siempre ocurre con toda la tecnología, los primeros modelos nunca llegan a alcanzar el máximo rendimiento imaginable. Esto ocurrió con las televisiones 4K, cuyas primeras pantallas hoy día han quedado totalmente obsoletas, dado que se lanzaron en el año 2013. Por ello, aunque veas que una televisión de segunda mano tiene 4K, no debes creer que se trata de un modelo moderno. Son pantallas que pueden fallar o tener carencias en estos aspectos:
- Falta de funciones Smart, o las que tenían es posible que ya no funcionen
- Paneles LCD de mala calidad propios de la época
- Sistemas de retroiluminación de muy baja efectividad, lo que complica el visionado
- Falta de soporte HDR o versión de calidad mínima
Televisiones Smart antiguas
Tal y como hemos dicho en el punto anterior, hay modelos de Smart TV que ya son tan antiguos que no se actualizan para recibir nuevas funciones. No solo eso, sino que es posible que sus accesos a las tiendas de aplicaciones no funcionen y que muchas de las apps hayan dejado de cargar.
Por lo tanto, aunque sean televisiones cuya caja indicaba que eran Smart TV en su tiempo, hoy día se habrán convertido en simples pantallas sin funciones avanzadas. El único motivo para comprarlas es que tengas intención de usar el deco de tu operadora o un dispositivo como Fire TV Stick, pero incluso así sería algo que nos pensaríamos muchísimo.
Como puedes ver, hay muchos motivos para no comprar algunas televisiones de segunda mano hasta si las ofertas que nos encontramos son realmente atractivas. Hoy día, con las rebajas de tiendas como Amazon, lo cierto es que comprar Smart TV a buen precio resulta muy sencillo, así que no habría necesidad de recurrir a modelos usados que puedan salir mal.
Fuente: adslzone