El camino hacia el emprendimiento no es sencillo. A la necesidad de buscar clientes, proveedores y un equilibrio en el precio de venta que permita obtener un suficiente margen sin que ello repercuta en la competitividad, se le suman los trámites burocráticos y la necesidad de estar siempre al día con todas las obligaciones que llegan desde la Agencia Tributaria.

La situación es todavía más complicada si para recorrer este camino debemos renunciar a un trabajo fijo con unos ingresos estables y recurrentes. Una situación que es completamente opuesta a lo que nos encontraremos desde el momento en el que nos hacemos autónomos. Se estima que un 68% de los nuevos autónomos tarda más de seis meses en generar ingresos suficientes para cubrir sus gastos fijos tras dejar un empleo asalariado.

Y esto es lo que le ha ocurrido a un emprendedor francés que trabaja como director técnico de proyectos en una empresa de defensa y que decidió, tras siete años, emprender su propia empresa de restauración de vehículos. Un proyecto empresarial que no le fue bien y, tres años más tarde, se vio obligado a solicitar la reincorporación a su puesto de trabajo.

Sin ahorros y sin ingresos estables

Según informa elEconomista, el protagonista de nuestra historia emprendió su proyecto invirtiendo los ahorros que su trayectoria profesional le había permitido tener. Sin embargo, él mismo confirma que no tuvo en cuenta “las dificultades” con las que se iba a encontrar en el camino.

Tres años después de haber iniciado el proyecto, decidió cerrar el negocio y abandonar cualquier idea de continuar emprendiendo. Por lo que decidió acudir de nuevo a su anterior empresa para recuperar el puesto de trabajo que había desempeñado años atrás. Por suerte, la compañía todavía seguía interesada en su contratación para que pudiese recuperar la estabilidad que necesitaba, por lo que no tardó mucho en volver a disfrutar de la normalidad.

El dinero fue el motivo principal que le llevó a solicitar el puesto y admite que aprender “fue un paso atrás” en su carrera.

Las dificultades del emprendimiento

Casos como el del protagonista suceden a menudo por parte de personas que deciden dejar la estabilidad que proporciona un trabajo fijo y se aventuran en emprender un nuevo proyecto, con todo lo que ello conlleva. Y es que el autoempleo o montar una empresa propia no solo obliga a tener que dedicar todos nuestros recursos en la búsqueda de la rentabilidad, sino que también debemos asumir todas las obligaciones fiscales que son necesarias para cumplir con la normativa existente en función de nuestra actividad.

Algunos obstáculos reales a los que nos podemos enfrentar cuando emprendemos son los siguientes:

  1. Orden incorrecto en las altas: Darse de alta en Hacienda antes que en la Seguridad Social, por ejemplo, puede generar recargos del 20% sobre las cuotas.
  2. Elección errónea del epígrafe IAE: Un error en este código, que es imprescindible para desarrollar la actividad, puede acarrear sanciones de hasta 250€.
  3. Gastos previos al alta: Las compras de material realizadas antes del alta oficial en Hacienda no son deducibles, una pérdida económica a tener en cuenta.

Ahora, el hombre vuelve a tantear la idea de dejar su trabajo fijo, pero en este caso no es para emprender, sino para tomar “un año sabático y visitar Bélgica y los Países Bajos”, aunque asume que todavía no ha tanteado el terreno con su nuevo jefe, por lo que todavía no lo tiene claro.

 

Fuente: elEconomista | adslzone