«Experimenta la libertad de la verdadera seguridad digital». Así se presenta UP Phone, el teléfono móvil de la empresa estadounidense Unplugged, que busca producir la solución definitiva para asegurar nuestra privacidad frente al rastreo de datos por parte de las big tech.

Vendido como ‘el smartphone de la privacidad’, promete ser una forma de reemplazar el «teléfono móvil, VPN, antivirus y mensajería con un sistema de privacidad personal unificado«. Aseguran que su smartphone con sistema operativo propio, LibertOS, evita el rastreo de Google o Apple, encripta nuestros datos online y permite la búsqueda online anónima. UP Phone sería «el smartphone centrado en la privacidad definitivo», diseñado por expertos en ciberseguridad, y que reúne todo un set de herramientas para convertir el dispositivo en la mejor opción para ser invisible frente a empresas o administraciones públicas.

Su precio: 989 dólares, pudiendo comprarse solo desde Estados Unidos por el momento. Pero también hay propuestas similares disponibles en Europa, como los teléfonos Blackphone enfocados en la privacidad de Encrypted-OS, o el Librem 5 de Purism. Se trata de iniciativas que aprovechan un nicho de mercado que, previsiblemente, aumentará en los próximos años, dada la creciente preocupación por la seguridad y la privacidad en los servicios digitales que usamos día a día.

A primera vista, pueden parecer una opción ideal que, de tener un precio más bajo, podrían ir superándose en ventas a medida que se explota ese perfil de cliente que busca opciones alternativas a los ecosistemas de las grandes tecnológicas norteamericanas. No obstante, algunos expertos y conocedores del sector advierten de que no todas estas empresas buscan realmente ayudar a los usuarios a lograr la independencia digital.

Muchas dudas sobre este tipo de teléfonos

Para empezar, puede suponer un riesgo el hecho de que algunos de estos teléfonos centrados en la privacidad usen software propietario o privado, en lugar de, por ejemplo, un Linux de código abierto. Esto es así porque, pese a que se nos convenza de que es un software especialmente diseñado para garantizar la seguridad, la empresa va a poder entablar contacto directo con los datos de nuestro smartphone con mucha facilidad si sus dispositivos usan su propio sistema operativo.

No solo eso, sino que sus SO propios, como es el caso de LibertOS, pueden estar basados en Android, siendo un sistema no tan distinto del habitual con la particularidad de que prescinde de los servicios nativos de Google, como la Play Store. Es decir, unos productos que, pese al fuerte marketing para venderlo como un desplante a las grandes multinacionales, no son realmente tan independientes como dicen ser.

Además, destaca el hecho de que, pese a que su propio CEO, Ryan Paterson, señale en un artículo que «la privacidad no debería ser un lujo», el teléfono cueste casi 1000 dólares.

Por otro lado, muchos seguidores de la industria alertan de un determinado riesgo con las empresas que venden productos de este tipo centrados en la privacidad, algo conspiranoica en cierto modo, pero posible. El riesgo es que estos productos sean en realidad trampas (en inglés llamadas honeypots) con los que organizaciones como el FBI pueden cazar a criminales que adquieran estos dispositivos, precisamente, para realizar actividades ilícitas en la deep web o similares.

Según esta teoría, empresas como esta podrían ser tapaderas que colocan puertas traseras en el código de los dispositivos, sabiendo que estos productos llaman la atención de un tipo concreto de persona que con mayor probabilidad podría cometer delitos en línea, o bien poseer información confidencial si se trata de un activista o periodista. Esto es solo una teoría, pero los riesgos que conlleva usar software privativo están ahí.

En referencia al UP Phone, algunos usuarios también sugieren semejanzas en el público objetivo del producto con el de compañías como Patriot Mobile, «el único proveedor de conexión inalámbrica cristiano conservador de Estados Unidos». Se trata de un proyecto que, si bien supuestamente busca defender la libertad de expresión de los individuos, podría guardar una estrecha relación con la corriente política republicana de Estados Unidos. A algunos les asaltan estas sospechas al ver que la declaración que usa UP Phone como marketing proviene del periodista James O’Keefe, conocido por su activismo de extrema derecha. En otras palabras, algunos ven en ellos productos muy politizados. Además, Unplugged tiene una colaboración con el periodista Tucker Carlson, también de marcada tendencia conservadora.

El usuario nonrandomstring en el foro Hacker News resume este escepticismo de la siguiente forma: «¿Cuántos de estos teléfonos «privados» resultaron ser una operación encubierta por parte de entidades como el FBI? ¿Puedo ver el código y el esquema? ¿No? Llévatelo. Vuelve cuando tengas un producto basado enteramente en hardware y software de código abierto auditable», comenta.

El pódcast Darknest Diaries, en su episodio 105, trata el tema (en inglés) de estos teléfonos privados, señalando algunas de estas dudas y problemas existentes con las opciones de teléfonos privados que se ofrecen a día de hoy en el mercado.

Otros teléfonos centrados en la privacidad

Sí que hay otros dispositivos a la venta basados en Linux, y también se venden productos de software, o sea, solo el sistema operativo, para que el usuario pueda sustituir el Android de su móvil por un OS específico para proteger su privacidad. Librem 5, por ejemplo, sí que está basado en Linux y ofrece una gran compatibilidad con las aplicaciones basadas en él. También es el caso de los Pinephone, un teléfono de solo 350 euros que puede venir con Manjaro, postmarketOS o Mobian preinstalado, o directamente sin ningún OS instalado de fábrica para que el usuario instale el que prefiera (lo que los convierte en menos aptos para usuarios sin conocimientos mínimos).

Con todo ello, vemos que el segmento de teléfonos móviles independientes puede ganar interés con el tiempo, aunque son varias las preguntas que debe hacerse el comprador antes de decidir entre un producto u otro. Por ejemplo, cómo se desarrolló su sistema operativo, si este es de código abierto o privado, qué equipo directivo hay detrás de la empresa, o cómo de razonable es el precio al que se venden.

 

Fuente: adslzone