Los mini PC son pequeños ordenadores que pueden llegar a procesar labores más básicas y sencillas que los dispositivos de sobremesa de toda la vida. Sin embargo, a lo largo del tiempo se han ido fabricando modelos cada vez más sofisticados que integran un rendimiento más optimizado, sin llegar a alcanzar las especificaciones de los modelos de ordenadores más grandes.

De este modo, este tipo de terminales no es para todos los públicos, puesto que poseen características más específicas que los de sobremesa, como la reducción del tamaño de todos sus componentes. Pero esto no quiere decir que sea peor que su hermano mayor, sino que depende del uso que se le vaya a dar va a ser más o menos práctico. Las mayores diferencias se encuentran en la exigencia de su hardware y en la capacidad que puede llegar a tener para ofrecernos un buen abanico de prestaciones.

Ventajas e inconvenientes de un mini PC

La compra de un mini PC está destinada a un usuario muy concreto, pues contiene una serie de ventajas e impedimentos que pueden hacer que te decantes por este artículo o por otro más perfeccionado, como es el caso del ordenador de sobremesa o el portátil.

En cuanto a sus atributos, tener un mini PC a tu alcance supone ahorrar mucho más espacio en tu escritorio. Para ello, fabricantes como Apple, Gigabyte o MSI han ideado tener como alternativa un mini PC que cumpla con las necesidades de este tipo de usuarios. Eso sí, dependiendo del modelo, cada uno de ellos viene perfectamente equipado con conexiones HDMI y otro tipo de cables compatibles con las pantallas actuales, por lo que no tendrás ningún problema al montar tu mini PC. Otro de los pros es que puedes disfrutar de un rendimiento de gama media a unos precios muy económicos. Normalmente, un mini PC suele oscilar entre los 200 y 500 euros, dependiendo del modelo.

En la parte de las desventajas, nos encontramos con un producto escaso en características, ya que no están destinados a elaborar trabajos demasiado exigentes y no pueden igual el rendimiento de un PC normal. También carecen de espacio en su interior para implantar componentes más eficaces y sus chips no se consideran lo suficientemente potentes como los que tienen integrados los portátiles.

¿Es recomendable la compra de un mini PC?

A la hora de adquirir un ordenador, hay que pensar detenidamente para qué lo vamos a usar. Hay mucha gente que compra un ordenador de sobremesa o un portátil con características muy potentes que solamente lo quiere para realizar tareas muy básicas y al final no se le saca todo el provecho. Los mini PC se suelen utilizar para poner en práctica tareas más triviales y que requieran pocos recursos.

No obstante, hoy en día estos pequeños aparatos pueden llegar a realizar cualquier tipo de tarea que no requiera de un nivel de procesamiento elevado, pero hay que tener en cuenta que los mini PC no están preparados para ejecutar programas que reclamen el uso de una tarjeta gráfica dedicada.

En definitiva, si lo que quieres es tener un ordenador pequeño que no ocupe apenas espacio y que no te suponga un impedimento en las labores que realices en el día a día, esta es tu compra. De lo contrario, si eres un usuario muy exigente que quiere dedicar su tiempo libre a jugar a videojuegos o a trabajar con programas de diseño y edición gráfico, este dispositivo no es recomendable.

 

Fuente: adslzone