Los restaurantes se han cansado de la situación. Son muchas las personas que abandonan sus reservas demasiado a la ligera provocando problemas a los responsables de estos negocios, dado que llegan a tener mesas libres cuando, en otro caso, habrían estado llenas. Por ello, se están adoptando medidas para que los consumidores no generen tantas reservas fantasma.

Tienen el respaldo de la Justicia

Esta es la clave. Sí, se trata de una medida totalmente legal de la que los restaurantes pueden hacer uso si así lo creen conveniente. Ya se han dado varios casos sonados que han llegado a los juzgados y en los que los restaurantes han sido los que, repetidamente, han obtenido la victoria. Y no hablamos de casos con cantidades pequeñas, sino que hay ejemplos como el de Amelia, un restaurante de San Sebastián que cobró una penalización de 510 euros por reserva a tres personas que no se presentaron. La Justicia se puso del lado del restaurante.

No es el único caso, aunque las cantidades son muy distintas y, en la mayor parte de las veces, no suelen llegar a los juzgados. Por lo general, cuando se produce un cobro a alguien que no se ha presentado y que había hecho reserva, suelen ser cantidades más moderadas. Hablamos de 5, 15 o 30 euros en algunos casos, si bien en restaurantes con estrellas Michelín y más popularidad, los costes de un «no show», que es como se conoce este fenómeno en el sector, pueden llegar a los 100 euros sin problemas.

Los restaurantes no quieren cobrar

Esta es la idea que se transmite por parte de todos los profesionales de la hostelería. Leemos en varias declaraciones recogidas por El Confidencial, que hay algunos propietarios de locales que solo han terminado adoptando esta medida por la desesperación ante lo que estaba ocurriendo. Algunas noches, se han llegado a encontrar con que un 40% de las reservas no aparece, y no siempre se tiene la suerte de llegar a tener personas que pasen por el local que puedan cubrir esas mesas. En realidad, no es algo frecuente en restaurantes que ya se sabe que funcionan por reservas casi al 100%.

Pero las estadísticas son claras. La cantidad de personas que no aparecen después de hacer una reserva ha bajado de forma exponencial desde que se han implementado estas medidas. Coinciden en que los responsables de los restaurantes no buscan hacer caja gracias a las ausencias de sus clientes. Lo que ellos quieren es, únicamente, presionar para que todo el mundo asista y que así puedan disfrutar de su comida.

Por lo general, con una ausencia, cualquier restaurante va a perder más dinero del que podría haber ganado, así que es lógico que los dueños de los locales no estén pensando precisamente en eso. También argumentan que, en cierto modo, se han cansado de ser menos respetados que otras piezas clave de la industria. Por ejemplo, hablan de cómo no se suelen hacer reservas fantasma para conciertos u hoteles, pero que, a los restaurantes, no se les da tanta importancia. Con el «castigo» de ese dinero por reserva que se pierde, consiguen que los consumidores vayan dándoles más relevancia tal y como lo hacen con otro tipo de gastos y servicios.

Varios tipos de penalización

Lo que están haciendo algunos restaurantes es optar por dos modelos distintos de penalización dependiendo de la situación, o de si se quieren complicar más o menos implementando estas políticas. Así, hay locales en los que se cobra el dinero de la reserva en todos los casos en los que el cliente no se presente, mientras que hay otros en los que la cantidad cobrada se reduce si se cancela a última hora. En cualquier caso, lo más habitual es que, si no te presentas, el restaurante se quede con la cantidad que se ha utilizado en la reserva si la has hecho desde una aplicación o en la web oficial del local.

Esto ha llevado a que algunas personas comiencen a preferir no ir a restaurantes en los que tengan que poner su tarjeta de crédito a la hora de hacer la reserva. Prefieren planificar sus cenas o comidas de una manera más flexible y tener la oportunidad de cambiar de idea a última hora si se encuentran ante una situación determinada. No obstante, queda bastante claro que este no es el público ideal de los restaurantes, puesto que en cientos de locales de España ya se impone el castigo a la reserva fantasma. Debido a ello, y para evitar sustos, a la hora de reservar se recomienda leer las políticas de cada restaurante y la letra pequeña que tengan.

 

Fuente: El Confidencial | adslzone