El ferry es un barco que te permite recorrer distancias cortas en mar, así que, si no quieres alquilar coche, puedes llevarte el tuyo en barco. De hecho, en muchas ocasiones el precio de convertir el vehículo en un pasajero más del barco es inferior al de alquilar un coche en destino.

Llévate el coche en ferry

Ya estamos contando los días para irnos de vacaciones. La posibilidad de viajar en ferry con nuestro coche es una realidad que cada vez más turistas llevan a cabo. Esta alternativa permite desplazarse surcando los mares y disfrutar al mismo tiempo de la libertad de movimientos y confort que ofrece el coche.

En el ferry el coche viajará en la bodega, pero tienes que reservarle un hueco. Las compañías de barcos necesitan que saques un billete a tu coche. Para ello, debes reservar plaza y necesitarás rellenar con precisión una serie de datos para que se calcule la tarifa y se reserve el hueco apropiado. Ten a mano información relativa al vehículo, como la marca, el modelo o las medidas (longitud y altura).  De haber errores al facilitar estos datos, en caso de que el vehículo a embarcar corresponda a una tarifa superior tendrás que pagar la diferencia.

El día del embarque, llega con la suficiente antelación. Te la dirá la compañía del barco al comprar tu billete, pero calcula de 30 a 90 minutos antes de que zarpe el ferry. Hay un protocolo de embarque que se ralentiza cuantos más coches haya, así que es mucho más lento cuando se trata de vehículos.

Solo el conductor puede entrar montado en el vehículo. El resto de ocupantes deberán acceder al ferry por los accesos de pasaje. Cuando el coche ya haya sido estacionado y se encuentre en la bodega del buque, nadie podrá permanecer en el vehículo durante la travesía. La recomendación es no perder de vista el coche hasta que no esté dentro de la bodega del barco. Al llegar al puerto de destino es posible que todos los ocupantes salgan de la embarcación en el coche.

Documentación y seguro

En cuanto a la documentación que es preciso presentar se encuentra el permiso de conducir, los justificantes que acrediten la titularidad del coche, la ficha técnica y la carta verde del seguro. Este último documento constata que el vehículo está protegido con la cobertura de responsabilidad civil obligatoria y es obligatorio en los trayectos fuera de la Unión Europea. Como complemento, siempre es aconsejable disponer de un seguro de viaje para anticiparse a cualquier problema que pueda aparecer tanto antes como durante el periplo.

Es importante saber que a partir del momento en el que el coche embarca, la responsabilidad sobre cualquier daño que sufra se traslada a la compañía. No obstante, hasta que el vehículo llegue a la bodega, el propietario debe procurar los cuidados y atenciones habituales.

Antes de finalizar el viaje en ferry es aconsejable revisar el estado del vehículo por si presentara algún desperfecto, algo que no podemos evitar considerar teniendo en cuenta que el vaivén del oleaje puede haber movido los vehículos. En caso afirmativo, se debe reclamar el daño a la compañía antes de abandonar el barco, porque una vez que hayamos desembarcado, será prácticamente imposible justificar que el daño se hizo en la travesía.

 

Fuente: adslzone