Es posible que estés decidido a comprarte una televisión Smart y que estés tan mentalizado de ello que solo pienses en hacerlo desde que te despiertas hasta que te acuestas. ¿Pero y si no es tan buena idea y, en realidad, te podrías ahorrar unos cientos de euros comprando una alternativa? A continuación, repasamos los distintos motivos que pueden hacer que cambies de parecer.

Su precio es muy elevado

Y es posible que nos digas que hay modelos de Smart TV que se pueden encontrar a bajo coste. Pero tienes que plantearte si de verdad te están ofreciendo un rendimiento adecuado. Porque elegir una smart TV no es tan fácil como puedas imaginar. Debes tener en cuenta una serie de factores, como la relación que existe entre la resolución de la pantalla y el tamaño de la misma. Porque, si no eliges bien, es posible que te llegues a encontrar con una pantalla que no ofrece nitidez en su imagen y en la cual los píxeles no proporcionan la mayor calidad. Incluso se podría ver un poco borrosa.

Más allá de esto, también llega a influir el tipo de panel del que esté formada la televisión. Como seguro que has visto en recomendaciones y guías, las televisiones que están dotadas de un panel OLED son las que aportan un mayor nivel de calidad. Pero, al mismo tiempo, también son las que tienen un precio más alto. Por su lado, los paneles LED son más económicos, pero te encontrarás con una capacidad de color en los tonos negros que no alcanzará lo que necesitas para disfrutar de películas y juegos al mayor nivel. Por lo tanto, la conclusión en este aspecto es muy clara: una Smart TV te ofrecerá la mejor calidad de imagen, pero especialmente si haces un pago considerable por ella. Con los modelos económicos no alcanzarás todo su potencial.

Problemas de seguridad

Una televisión Smart está conectada a Internet, lo que significa que se expone a sufrir riesgos y problemas de seguridad. Al fin y al cabo, en este sentido es como cualquier otro dispositivo que está online. El sistema operativo de la TV puede ser infectado o atacado por hackers a distancia, lo que pondría en peligro los datos y cuentas de usuario que tengas almacenados en ella.

Por otra parte, a nadie se le escapa que, los atacantes, también podrían utilizar el acceso a tu televisión con la intención de desplegar sus virus en otros de los dispositivos que formen parte de la misma red. Algunas de estas infecciones podrían llegar en forma de aplicaciones que instales por error o de otras maneras, pero es difícil estar totalmente protegido.

No son lo mejor para gaming

En este aspecto hay que hacer un inciso para que se entienda el razonamiento de algunos usuarios. La realidad es que una Smart TV que esté dotada de tecnología 4K, te ofrecerá un rendimiento visual espectacular. Eso hará que tus juegos se vean a las mil maravillas, pero hay un defecto que quizá no hayas tenido en cuenta: la fluidez de la tasa de frames. Muchas de las televisiones económicas que vas a encontrar en las tiendas no llegarán a garantizarte un rendimiento superior a los 60 Hz, mientras que para muchos de los juegos online necesitarás jugar hasta a 120 Hz para disfrutar de los mejores resultados.

Aunque jugando contra la computadora podrás asumir lo que tu televisión no te está aportando, si te justa el juego competitivo online, estarás en desventaja respecto a tus rivales. Eso te dejaría en una situación peliaguda y algo que requeriría que te vuelvas a plantear la compra, al menos si lo tuyo es el gaming.

Quizá te sirva un monitor

Una de las ideas por las que han optado muchos usuarios ha sido descartar la opción de comprar una Smart TV para optar, en su lugar, por la adquisición de un monitor. ¿Por qué? Primero de todo, porque hoy día la televisión tradicional ya no es tan utilizada como antaño. Si no tienes intención de conectar una antena a la pantalla, te estás quitando de la ecuación uno de los motivos para hacerte con una televisión. Con un monitor puedes hacer prácticamente lo mismo que con la tele, siempre y cuando, eso sí, que conectes algún dispositivo que sirva para que la utilices combinada. Por ejemplo, podrías tener una consola, como PlayStation 5, y disfrutar de la conexión entre monitor y consola para acceder a todo lo que necesites, desde juegos hasta aplicaciones de streaming.

Un monitor tiene la ventaja de no tener ningún tipo de contenido ni interfaz o sistema operativo, así que eres libre de conectar la pantalla al dispositivo que quieras. También puedes poner Chromecast y sus muchas aplicaciones con las que pasar a disfrutar de una experiencia similar a la de una TV Smart. Los monitores son una buena opción si quieres solucionar el problema de gaming que hemos comentado en el punto anterior. Y también son recomendables para jugar porque su disponibilidad de modelos de bajas pulgadas es superior. Ten en cuenta que para gaming se suelen recomendar monitores más pequeños, de menos de 32 pulgadas.

Otros motivos

Explorando este tipo de idea se pueden llegar a muchas otras conclusiones que encajarían en el concepto de no necesitar una Smart TV para disfrutar de grandes posibilidades de uso y visualización. Piensa que, por otra parte, una de estas televisiones va a necesitar que estés conectado a Internet en todo momento para exprimir el potencial de su uso. ¿Y si no tienes fibra o conexión en casa? Estarás desperdiciando gran parte de sus posibilidades.

Algunos usuarios, por su lado, afirman la dificultad que existe en reparar las televisiones inteligentes en el momento en el que ha transcurrido un periodo de tiempo razonable después de su lanzamiento. Los catálogos de los principales fabricantes se actualizan de manera constante y los modelos antiguos quedan en el olvido. Si sufres un problema fuera de garantía, podrías tenerlo complicado para hacer la reparación. De todas formas, y aunque quizá este razonamiento te convenza, piensa bien en lo que estarías sacrificando si dejas pasar una televisión Smart. ¿Qué opinas? ¿Encaja más contigo un monitor en vez de un modelo Smart más avanzado?

 

Fuente: Slashgear | adslzone