Un nuevo estudio ha querido descubrir qué opinan los ciudadanos sobre la posibilidad de encontrarse con que su doctor de cabecera cambia para convertirse en una IA. Y los resultados hay que decir que son sorprendentes, puesto que un 48% de los encuestados reconoce que aceptaría amoldarse a este cambio tecnológico.

La IA en la consulta

El estudio ha aparecido publicado en PLOS Digital Health, donde se ha hecho un repaso a cuáles son los motivos por los que los participantes en la investigación aceptarían tener una IA como doctor. También se han destacado los aspectos por los que el 52% prefiere seguir con un servicio de atención médica tradicional.

A fin de obtener unos resultados de valor, el estudio se ha llevado a cabo con pruebas simuladas en las que los participantes ocupaban el papel de pacientes que acudían a la consulta en busca de un análisis o un diagnóstico acerca de determinados problemas de salud. Tras esta primera parte del estudio se llevó a cabo una encuesta con la intención de profundizar en la realidad acerca de la opinión que tienen los ciudadanos en relación a la posible introducción de las IA en las consultas médicas.

Resultados sorprendentes

Impacta mucho que, en 2023, cuando la inteligencia artificial todavía está dando sus primeros pasos y ni siquiera existe una regulación sobre su alcance, ya haya casi un 50% de las personas que permitirían que sus próximos doctores fueran IA. En algunos casos, eso sí, se aprecia, por las respuestas, que la presencia de esta tecnología en los centros de salud sería mejor aceptada en el caso de que se complementara con el trabajo de doctores o enfermeros humanos.

Quienes no confían en la IA dicen que los diagnósticos que pueden hacer quizá no sean tan precisos ni confiables como los de un médico real. Esto es lo que lleva a una de las conclusiones del estudio en el cual se refuerza la importancia de continuar estudiando las formas en las que la inteligencia artificial podría llegar a los hospitales y centros médicos para acelerar las citas y que así no se sufran tantas listas de espera.

Entre los resultados también se aprecia que, como se podría imaginar, las personas mayores son más reacias a usar la IA en los hospitales y que, ante todo, se acepta la presencia de estos sistemas como soporte para que los doctores humanos hagan mejores diagnósticos. Es decir, que una IA podría ser la asistente del doctor y que este pueda consultar con ella posibles dudas. Los conocimientos y el enfoque de pensamiento de la persona serían lo que haría que se tocaran las teclas necesarias para que el trabajo de la IA tuviera más fiabilidad. De todas formas, es importante volver a remarcar que ese 48% de los participantes del estudio, en gran medida, aceptaría la inteligencia artificial incluso si trabajara de manera independiente sin el soporte de un humano.

Otro dato interesante es que, cruzando y analizando los resultados, se aprecia que los participantes del estudio no demuestran predilección por la IA en casos de enfermedades determinadas. Se pensaba que quizá los pacientes estarían más abiertos a la inteligencia artificial en situaciones de diagnóstico sencillo, como la apnea del sueño, pero los resultados indican que no hay ninguna diferencia. Así, llegarían a aceptarla de la misma manera incluso a la hora de diagnosticar y tratar enfermedades más complicadas como la leucemia.

Liderado por el profesor Marvin J. Slepian y elaborado por un equipo de especialistas de La Universidad de Medicina de Arizona y la Universidad de Texas, entre otras entidades, el estudio será clave para continuar trabajando en la implementación de la IA en el entorno de la medicina.

 

Fuente: Futurity | adslzone