Los porcentajes de accidentes debido a exceso de velocidad han bajado en las últimas décadas a raíz de la instalación de badenes. También conocidos como vados, reducen la velocidad a la que avanza tu vehículo para evitar situaciones de riesgo. No obstante, al mismo tiempo te exponen a sufrir otros daños. Por ello es recomendable que sepas cuáles son los riesgos y cómo afrontarlos. Así podrás mantener tu vehículo en el mejor estado posible.

Daños en los neumáticos

Que los neumáticos sufran no solo es un problema debido a los riesgos a los que te expones por tenerlos en mal estado, sino que también es una noticia terrible para tu cartera. Si alguna vez has tenido que cambiar los neumáticos sabrás que implica unos costes y molestias que no resultan agradables. Y aunque cambiarlos es obligatorio y se encuentra dentro de las obligaciones del conductor, los badenes pueden hacer que tengas que poner nuevos antes de lo previsto. Lo problemático es que los badenes pueden ser tan dañinos para los neumáticos como los bordillos de la calle. Si hay un badén que no esté en buen estado, y seguro que ya sabes que son muchos los que no lo están, podrías provocar un efecto muy negativo en alguno de los neumáticos.

¿Cómo reconocer los daños que pueden sufrir los neumáticos debido a los badenes? Hay varias zonas del neumático que suelen llevarse la peor parte, como las bandas de rodadura. Lo más habitual es que se produzcan cortes o que incluso aparezcan bultos que compliquen la conducción.

Desgaste de la suspensión

Cuando conduces por zonas que no ofrecen un terreno liso o fácil de transitar, la suspensión sufre de manera notoria. En el caso de los badenes, se trata de un nivel de estrés que lleva a que la suspensión sufra un desgaste superior al que tu coche tendría si no pasara de manera habitual por estas zonas. Este es un problema que puedes reducir de manera significativa reduciendo la velocidad cuando vas a pasar por el badén, pero en cierta medida siempre acabará afectando a la suspensión.

Las partes del sistema de suspensión que sufren más estrés son los amortiguadores, por el efecto de rebote por el que pasan cada vez que atraviesas un badén. No obstante, el esfuerzo es general para todo el sistema y podría ser algo que acabase llevando a cambiar varias piezas si sufren demasiados daños.

Otros daños habituales

Aunque los neumáticos y la suspensión son lo que más se ve afectado por la acción de los badenes, hay otros elementos del vehículo que también podrían sufrir. Es el caso de algunos de los elementos que hay en el interior de tu coche, esas piezas de la estructura que te rodean y que quizá hasta hace tiempo no generasen ningún problema. Aunque no es algo que afecte a tu experiencia de conducción, sí que podrías comenzar a notar ruidos de componentes que se han desajustado, lo que puede llegar a ser desesperante.

Los silentblock también pueden verse afectados y que se reduzca la eficacia que aportan a la hora de absorber las vibraciones. Si pasas muy de vez en cuando por los badenes seguramente no vayas a tener problemas, salvo que estén en muy mal estado, pero en el caso de ser frecuente, sí que estarías exponiéndote a sufrir más daños. Todo ello puede generar miles de euros en reparaciones que a nadie le sientan bien. Además, ten en cuenta que los badenes también tienen capacidad para afectar a tu salud, provocarte dolores de espalda o generar tanto ruido en tu coche que resulte molesto para ti y para las personas que viajen habitualmente contigo.

¿Cómo reducir su impacto?

Por lo general, es poco probable que puedas evitar los badenes en todos los casos, así que lo mejor es que, al menos, sepas cómo tienes que afrontarlos. Lo más importante es que no conduzcas de manera agresiva, tanto si el coche es tuyo como si lo has alquilado a un particular. Hay que llevar el coche con suavidad y no dejarse llevar por los impulsos. Asimismo, tampoco deberías frenar en seco en el momento en el que llegas al badén. Piensa que su instalación está pensada para que vayas reduciendo la velocidad de manera progresiva hasta que puedas pasar por su superficie y avanzar.

Al mismo tiempo, al conducir lentamente pasando por el badén también estarás evitando los problemas y daños que se puedan causar debido a que este se encontraba en mal estado. Y, como último consejo, no hagas un cambio de marcha ni tampoco pises el embrague cuando vayas a pasar por el badén. Si sigues estas recomendaciones, al menos, reducirás al máximo posible los posibles daños que estos reductores de velocidad pueden causarle a tu coche.

 

Fuente: adslzone