Los expertos en meteorología se llevan las manos a la cabeza porque en este final de abril estamos sufriendo temperaturas que son propias del mes de junio. Los termómetros se vuelven locos debido al descontrol del clima y, para los conductores, esto significa que hay que tener máximo cuidado al volante. Porque, aunque no siempre es lo más comentado, un alto nivel de calor puede producir graves problemas.

El problema del calor extremo

En un año normal, este tipo de consejos y advertencias las habríamos reservado para el verano. Pero en este caso hay que ser prácticos. Las temperaturas se encuentran aumentando hasta niveles de calor que podrían llegar a casi los 40 grados en los momentos más calurosos del día, con mínimas que se establecerían alrededor de los 20 grados. ¿Qué significa esto explicado con sencillez? Que hará mucho calor y que tu coche, salvo que te protejas con el aire acondicionado, se convertirá en un hervidero.

Si en el exterior ha aumentado la temperatura a, por ejemplo, 38 grados, no sería raro que en el interior pudieras llegar a conducir con temperaturas de unos 30 grados. Ese es un gran riesgo, puesto que lo que establece la DGT es que en el interior del vehículo se debería disponer de una temperatura de, como máximo, 24 grados. Una vez se pasa ese nivel es cuando comienzan los problemas y los riesgos.

Los riesgos al volante

Los especialistas de la Dirección General de Tráfico siempre hacen especial hincapié en la importancia que tiene tomarse en serio la conducción y hacerlo en todo momento de la manera más segura. No es recomendable conducir acumulando un alto nivel de cansancio, no estando concentrados o incluso bajo la influencia de determinadas sustancias. El calor se enmarca dentro de ese mismo grupo de factores que nos podrían poner en problemas mientras conducimos.

Un alto nivel de calor, con ese punto de 30 grados en el interior que hemos mencionado, hará que te expongas a estar más cansado, lo que derivará en que puedas sentirte somnoliento o que tu capacidad para reaccionar al volante se reduzca. A esto se suman otros muchos problemas que pueden ser de mayor o menor gravedad dependiendo del tipo de situación, como que te duelan las piernas o que sudes en exceso y eso afecte a tu capacidad de visión. Pero uno de los principales inconvenientes es que tus reacciones al volante serán más lentas. Si conduces bajo el efecto de un calor extremo, tus reacciones necesitarán más del doble de tiempo de lo que tendrías que usar si lo hicieras con una temperatura agradable. Y, como te puedes imaginar, en casos extremos, la diferencia de unos segundos puede ser crucial para evitar un accidente.

Para que entiendas el riesgo que supone el calor, la Fundación CEA ha publicado en varias ocasiones información al respecto que indica que conduciendo con 30 grados en el interior, se reduce la atención en la conducción en un 10%. Por su lado, si el calor aumenta incluso más, a 35 grados, se produce un estado en el cual la conducción es equivalente a si estuvieras al volante bajo los efectos del alcohol. Eso hará que tu tiempo de reacción se reduzca todavía más o que puedas cometer errores mientras conduces, lo que te expondría a sufrir accidentes.

Recomendaciones de seguridad

La propia Fundación del Comisariado Europeo del Automóvil comparte una serie de consejos que te ayudarán si vas a conducir mientras los niveles de temperatura son elevados. Por ejemplo, recomiendan que antes de ponerte en marcha, bajes las ventanillas y que así puedas igualar la temperatura para que en el interior no sea tan elevada. También es aconsejable que no conduzcas en los momentos en los que el calor esté en su mayor nivel y que, a ser posible, aproveches las primeras horas de la mañana o el atardecer.

Es fundamental usar el aire acondicionado y configurarlo en un nivel de 24 grados, mientras que para evitar problemas de cansancio no solo hay que parar cuando te sientas un poco agotado, sino también cada 200 kilómetros que recorras. Eso te ayudará a evitar los riesgos al volante y a lograr que el viaje llegue a buen puerto sin incidencias. Alguna de estas paradas, por supuesto, la puedes aprovechar para comer. Pero, en este caso, es recomendable que evites las comidas pesadas y que recurras a platos que tengan muchas vitaminas o proteínas.

Por supuesto, tienes que evitar el alcohol a toda costa. Piensa que si el calor llega a tener un efecto negativo en ti similar al del alcohol, los problemas serán todavía mayores si bebes. Por último, prepárate para salir a la carretera con una ropa adecuada que sea cómoda, holgada y que te proporcione facilidad gracias a la cual conducir de forma segura.

 

Fuente: El País | adslzone