Tenemos que cuidar mejor nuestro coche diésel

Los motores diésel fabricados en este siglo poco a poco han ido evolucionando. Para poder llegar a estos niveles de eficiencia y rendimiento los fabricantes han tenido que desarrollar nuevos sistemas y mecanismos para cumplir sobre todo con las emisiones que imponen los gobiernos, cada vez más estrictas.

El problema está en que todos estos componentes están fabricados y diseñados para que cumplan con su función hasta finalizar el periodo de garantía. Por lo tanto, de serie, ya tienen una vida útil muy limitada y corta. Y por otra parte es el propio conductor quien influye en más de un 50% en la durabilidad de estos componentes.

Es entonces, por su parte, que necesitamos realizar ciertas comprobaciones, y una de ellas se ve de manera idónea con lo que tiene que ver con las propias revoluciones de nuestro coche.

Mantén las revoluciones altas en diferentes momentos

Ante esto, y como un fallo recurrente, se encuentra el de la retroalimentación, una avería que sucede cuando una fuga provoca que pase aceite del turbocompresor al canal de admisión del gasóleo, de manera que entra aceite en la cámara de combustión y se utiliza el propio aceite como combustible en lugar de como lubricante.

En ese momento el ralentí empieza a elevarse, el motor se acelera y cuanto más rápido gira más aceite absorbe. Y así se sigue acelerando el motor hasta alcanzar el régimen máximo de giro de manera incontrolada. Con el coche parado y el motor girando como si tuviera el acelerador bloqueado a fondo, es cuestión de minutos que el motor acabe gripando.

Es por esto que para dar solución a esta (y otros tipos de fallos), lo mejor que podemos hacer es mantener las revoluciones en alto en diferentes momentos, que no siempre. De hecho, lo podemos hacer por vías de alta capacidad para eliminar la carbonilla y las partículas que pueden quedarse en el filtro y en la válvula EGR. Así, se evitará que los sistemas anticontaminación del coche se estropeen y ahoguen el motor, algo que también influye negativamente en el consumo de combustible del coche.

Podremos limpiar algunos componentes mecánicos fácilmente

Una vez que el motor ha estado en funcionamiento el tiempo suficiente, alcanzando su temperatura óptima de servicio, podemos llevar a cabo una conducción más enérgica, a un ritmo de revoluciones alto. Esto permitirá que se limpien algunos componentes mecánicos y que se regeneren los filtros.

Además también sumamente recomendable, tanto para los propietarios de un coche diésel como gasolina, dejar el motor al ralentí un minuto aproximadamente antes de apagarlo, y más después de haber subido su régimen de giro durante la conducción.

 

Fuente: adslzone