El entrenamiento de las IA avanza a un ritmo superior al que se pensaba que lo haría. Cada vez son más inteligentes y las bromas que se hacían en el pasado diciendo cosas como «Terminator es real» han acabado perdiendo la gracia. Algunos miran a otro lado y otros temen que la situación se pueda descontrolar. Si la IA sigue progresando y se utiliza con malos fines, el mundo se podría encontrar ante situaciones críticas y cambios de paradigma importantes. Nadie quiere hablar de «el fin del mundo», pero quizá sea necesario para evitar que ocurra. A continuación, te hablamos de algunos de estos posibles problemas generados por la IA.

Conflictos internacionales

Posiblemente, lo que menos deba preocupar a las naciones sea la tecnología de los deepfakes que se generan mediante las IA, puesto que hay equipos capaces de detectarlos y lo más probable es que todo tenga que pasar multitud de procesos de control hasta que se dé por oficial. No obstante, con el progreso de las IA no hay nada que impida que estas inteligencias artificiales se utilicen para falsificaciones y acciones menores que puedan pasar desapercibidas y ser la forma de encender una mecha que pueda llegar a impactar en el mundo de manera crítica.

Imaginemos que se usa la IA para falsificar documentos confidenciales que por sí mismos no tengan tanta relevancia, pero que sumados a otros archivos y otras acciones malintencionadas puedan hacer que se generen roces entre distintos países. Si ya existe una relación sensible, cualquier tipo de acción fomentada por la IA podría ser lo que produzca un enfrentamiento que pueda derivar en una catástrofe internacional.

Daños y riesgo entre los ciudadanos

Hoy día utilizamos asistentes personales como Alexa o Siri para hacer todo tipo de consultas. Normalmente no suelen ser aspectos realmente críticos, porque sabemos que estos programas tienen limitaciones. Pero es cierto que nos hemos acostumbrado a darles nuestra confianza. Si pensamos en un futuro en el cual Alexa o Siri tengan su propia IA, quizá comencemos a apoyarnos en estos asistentes mucho más. Y la confianza que les demos nos podría acabar llevando a sufrir problemas.

Por ejemplo, pensemos que le preguntamos a la IA cuánto tiempo dura cierto alimento fuera de la nevera. Hoy día solemos confiar en la respuesta, porque el resultado viene de Google, pero cuando haya una IA de por medio, los errores se pueden multiplicar. Hoy día ya se registran multitud de errores en los que las IA insisten por mucho que sepamos que están mal, así que nunca se sabe. Este tipo de información falsa podría ser un problema para personas mayores o incluso niños, por lo que habría que tener mucho cuidado con ello.

Control sobre la sociedad

Algunos gobiernos posiblemente están pensando en lo mucho que podrían aprovechar la IA para tener un mayor control sobre las vidas de los ciudadanos. Si hoy día ya nos quejamos de que empresas como Google o Facebook conozcan nuestros gustos y costumbres debido al historial de navegación y otros datos, imaginemos una IA más avanzada que, de la mano del gobierno, lo sepa todo de cada usuario.

Esto podría ser un arma de doble filo tanto para saber más de los ciudadanos, tenerlos más controlados y exprimirlos mejor en todos los aspectos, como para poner control a la delincuencia limitando los derechos. Pero los modelos de IA aplicados a la seguridad y las autoridades harían que la sociedad pasase a vivir dentro de un estado de vigilancia en el cual, además, se favoreciera a determinados grupos de la sociedad en concreto.

Pérdida de humanidad

De manera paradójica, la introducción de una IA más avanzada entre las personas también podría acabar afectando a las personas y que perdamos parte de nuestra «humanidad». ¿Qué pasará si comenzamos a depender para todo de la IA? No habría que realizar muchas tareas, ni estudiar, ni tener conocimientos prácticamente de nada, ni tampoco sabríamos cómo salir de situaciones de urgencia si llegase a ser necesario.

Primero se dejaría de usar Internet, puesto que en un mundo «controlado» por la IA no habrá lógica de usar un navegador. Después es posible que abandonemos muchas de nuestras relaciones personales y que busquemos en las IA una conversación en la que siempre podamos tener la razón. Poco a poco podría ser el inicio del fin de aquello que nos identifica como especie.

Otras posibles consecuencias

Los expertos apuntan a todo tipo de futuros y a situaciones que hoy día quizá todavía suenen a ciencia ficción, pero a las que no se debe dar la espalda. Mentes como la de Steve Wozniak, cofundador de Apple, o Elon Musk, hablan de la importancia de detenerse en este trabajo de desarrollo de IA que se está haciendo. Como puedes ver, nadie habla de que las IA puedan convertirse en Skynet y querer acabar con la humanidad, sino de lo que podría ocurrir si esta tecnología se utiliza de forma inadecuada por parte de las personas. Eso es algo que hace el temor más real.

La IA también podría afectar al cambio climático por la enorme cantidad de energía que necesitan, podrían poner la Bolsa en una situación crítica que acabe peor que el Jueves Negro de 1929 o generar muchas otras situaciones de riesgo. Hoy por hoy nos divertimos hablando con ChatGPT, pero los expertos dicen que nadie debería darle la espalda a la IA. Quizá el futuro de la sociedad dependa de ello.

 

Fuente: adslzone