La iluminación navideña no supone un consumo excesivo, siempre y cuando se utilicen luces LED o de bajo consumo. Puede que aun así hayas pensado que es un gasto que, aunque menor, es un gasto que no te puedes permitir, pero te vamos a ayudar a echar cuentas para que compruebes que la cantidad de dinero que vas a gastar es ínfima.

Las luces LED apenas gastan

Desde luego, si quieres ahorrar en la factura de la luz durante estas navidades, mejor que controles otra serie de gastos, puesto que si optas por una iluminación LED no vas a notar un gran cambio en tu factura habitual.

Lo primero que hay que hacer es conocer el voltaje de nuestras luces y cuántos vatios (W) consumen. El siguiente dato a calcular es cuánto tiempo las tendríamos puestas. Podemos optar por una medida salomónica como 12 horas al día (al fin y al cabo, mientras duermes o trabajas no las vas a disfrutar).

Teniendo en cuenta que una tira de 200 LEDs suele gastar unos 6W cada hora, vamos a tomar como referencia el uso de un par de estas tiras (por ejemplo, para el árbol y el belén). Realizando las multiplicaciones pertinentes, el resultado que nos arroja es de 4.320 Wh, que hay que pasar a kilovatios (kW), dividiéndolo entre 1.000, ya que así es como viene el precio en la factura de la luz, nos darían 4,32 kWh.

Aplicada esta cifra al coste para nuestro bolsillo, con una cifra de tarifa a 0,19 euros por kWh, multiplicando nuestro consumo por el precio (4,32 kWh x 0,19 euros por kWh) nos da 0,821 euros. Incluso añadiendo impuestos, el impuesto de electricidad que actualmente es el 0,5 % y el IVA ha sido rebajado hasta el 5 %. Por lo que habría que sumarle 0,045 euros. Lo que nos da un total de 0,866 euros. Sí, tener las luces de Navidad puestas 12 horas al día, durante 30 días nos costará unos 86 céntimos.

Otras ventajas de las luces de Navidad LED

Si bien son más caras que las bombillas incandescentes, las luces LED tienen una vida mucho más larga, son más eficientes y ecológicas, ya que reducen las emisiones de CO2 en un 80% y además pueden llegar a suponer un 90% de ahorro en la factura de la luz, como hemos podido comprobar en el cálculo anterior.

Otra de sus ventajas además de las anteriores es que iluminan, pero no calientan. No solo no hay que temer que los pequeños de la casa las puedan tocar, sino que no hay peligro de incendio en caso de que entraran en contacto con alguna superficie por accidente.

Además, se funden con menor facilidad que las bombillas incandescentes clásicas y, si una falla, el resto siguen funcionando.

 

Fuente: adslzone