Tanto Voyager 1 como Voyager 2 se convirtieron en los únicos objetos construidos por el ser humano en viajar más allá de las fronteras de nuestro sistema solar. Voyager 2 llegó al espacio interestelar en 2018.

Trayectoria de Voyager 2

Desde su lanzamiento el 20 de agosto de 1977 desde Cabo Cañaveral, en la oscuridad del espacio y a miles de kilómetros de la Tierra, la Voyager 2 de la NASA marcó un hito en la exploración espacial al convertirse en la segunda sonda en entrar en el espacio interestelar en noviembre de 2018. Un año después, los hallazgos de dicha sonda fueron detallados en cinco estudios publicados en Nature Astronomy. Estudios que revelaban que era la primera vez que una sonda tomaba muestras directas de los plasmas que se encuentran, tanto el espacio interestelar como en las afueras más recónditas del sistema solar.

Voyager 2 también fue pionera en sobrevolar, por primera y única vez, los conocidos como gigantes helados Urano y Neptuno y la responsable de confirmar que la heliopausa es una frontera permeable. Además, también ha observado un goteo de partículas de bajo nivel de energía que se extendía a más de 160 millones de kilómetros de la heliopausa.

Gracias a esta sonda los científicos pudieron trazar un mapa de las lunas de Júpiter Ganímedes y Calisto. También entregó una información vital a cerca de una tormenta que asoló este planeta, conocida como la Gran Mancha Roja. Los buenos resultados motivaron a los ingenieros de la NASA a asignarle una misión mucho más ambiciosa: acercarse a Urano y Neptuno, los planetas más alejados al Sol y que nunca antes habían sido visitados por una nave espacial.

Tras pasar por Saturno, la sonda espacial tardó cuatro años en cercarse Urano, colocándose a 81.500 kilómetros en 1986. Voyager 2 pudo enviar imágenes inéditas, mediciones de Urano, además de descubrir diez lunas y dos nuevos anillos.

Voyager 2 da señales de vida en 2021

En marzo de 2020 se anunció que la antena de radio Deep Space Station 43, conocida como DSS43 y ubicada en Camberra, Australia comenzaba un periodo de mantenimiento. Debido a su ubicación y potencia la DSS43 es la única antena en todo el mundo capaz de mantener comunicación con Voyager 2. Por lo tanto, mientras se realizaban labores de mantenimiento se cortó la comunicación con la sonda.

Los científicos tenían miedo de que después de tanto tiempo no se pudiera retomar el contacto, pero tras 11 meses, en febrero de 2021, Voyager 2 dio señales de vida. En la página de la NASA se puede consultar el tiempo que lleva viajando ininterrumpidamente, su posición actual y el estado en el que se encuentra. La NASA estima que tanto la Voyager 1 como la Voyager 2 podrán mantener contacto hasta 2032, cuando posiblemente sus baterías se agoten.

 

Fuente: adslzone