El gobierno de Tokio ha empezado a dejar atrás los disquetes. Este medio de almacenamiento dejó de tener sentido en cuanto llegaron los primeros pendrives USB, que eran más rápidos, más fiables, más compactos, y permitían almacenar más información. Además, no requerían de la instalación de un lector específico, pudiendo enchufarlos en cualquier dispositivo con puertos USB.

Defensa de los disquetes: casi nunca se rompen

Sin embargo, hay muchos miembros del gobierno que se muestran reticentes ante este cambio, aunque lo están aceptando. Según afirma Yoichi Ono, responsable de fondos públicos de uno de los distritos de la ciudad, los disquetes «casi nunca se rompen ni pierden datos», a pesar de que en realidad sean muy sensibles a imanes y sí que puedan perder información con facilidad. Uno de los usos que tienen en Tokio para los disquetes es enviar información de pago de los empleados públicos al banco para procesarlo.

Este sistema anticuado sigue utilizándose incluso después de que ya no sea posible comprar disquetes nuevos. Sony, uno de los primeros que empezó a crear unidades de 3,5 pulgadas, dejó de fabricarlos hace más de diez años. Sin embargo, al poder reutilizarse de manera indefinida y tener todavía muchos disponibles, el gobierno no ha tenido interés en actualizar a nuevos sistemas.

Todo cambió en 2019, cuando el Mizuho Bank decidió en 2019 que iba a empezar a cobrar 50.000 yenes (378 euros) al mes a todo el que le enviase datos de pago e información en formato físico, incluyendo disquetes. El banco argumentó que el coste de mantener sistemas compatibles para leer esa información y tener que integrarla en sus sistemas era demasiado alto en comparación con hacerlo todo online.

4.500 euros anuales si no te pasas al online

Por ello, cada distrito tenía que presupuestar 4.500 euros anuales sólo para el pago de sus empleados, por lo que ya tenían un claro incentivo para hacer el cambio a sistemas puramente online. Con esto, ahorrarán dinero y tiempo de los empleados, que tenían que meter la información en los disquetes e ir físicamente al banco a llevarlos.

La transición no será inmediata, y se completará en 2026. También quieren que el proceso de rellenar formularios se haga a través de Internet en su totalidad para reducir la carga a los empleados. El proceso de 5 años tiene que ver con que tendrán que digitalizar multitud de archivos y contratos que todavía están en papel.

La digitalización de las administraciones públicas es un proceso lento y que requiere que se haga de manera fiable. Por suerte, en España cada vez son más los trámites que se pueden hacer por Internet gracias a elementos como el certificado digital. Conforme pasen los años irán siendo cada vez más los trámites que podremos ir haciendo.

 

Fuente: Nikkei | adslzone