Al tiempo que se trabaja para contribuir al próximo escenario de una movilidad más ecológica y mucho más sostenible de la mano de los coches eléctricos, el sector del automóvil también está centrado de lleno en el que es el ecosistema de estos vehículos. Estos son, entre otros, los sistemas de carga rápida y las infraestructuras, que permiten un mayor y mejor acceso a estos.

La carga rápida, una solución más eficiente

La venta de vehículos eléctricos en España ha sufrido un crecimiento significativo en los últimos meses. Tendencia que se espera que aumente a corto-medio plazo. Por ello, a la hora de comprar un coche eléctrico, es fundamental tener en cuenta uno de sus puntos críticos: la carga.

Porque, actualmente, y según datos extraídos de un informe elaborado por Deloitte, España necesita unos 90.000 puntos de recarga de acceso público en 2025 y 145.000 en 2030. Esta limitación potencia nuevas soluciones para garajes comunitarios e individuales.

Sin embargo, la autonomía real de estos vehículos y el tiempo que tardan en cargarse aún preocupan a los compradores. Por esto, y con el paso del tiempo, se ha hecho por instaurar nuevas soluciones para que estos puedan ser viables. El resultado ha sido el del desarrollo de nuevos sistemas que hagan porque al recargarlos sean mucho más eficientes, sobre todo en cuestiones de tiempo.

Como tal, y aunque por lo general podamos contar entre 5 y 8 horas para realizar este proceso, tampoco se puede hablar de un único tiempo de recarga puesto que se reconocen varias grandes velocidades. Una de ellas es el sistema de carga rápida para los coches eléctricos, una función muy propicia que permite reducir drásticamente esos tiempos.

Tipos de cargas

Como mencionamos, a día de hoy existen distintos tipos de carga para estos automóviles, los cuales otorgan unas velocidades mayores o menores. Lo hacen desde la súper lenta o modo 1, que apenas llega a los 10 amperios y tarda alrededor de doce horas en completarse, hasta la ultra rápida. Esta lo forma por medio de supercondensadores, haciendo que se pueda realizar en cinco minutos. Son las siguientes:

  • Modo 1.
  • Recarga lenta.
  • Lenta óptima o semi rápida.
  • Recarga rápida.
  • Súper rápida.
  • Recarga ultra rápida.

Ante esto, la batería y su capacidad son clave para entender por qué unos vehículos tardan más en cargarse que otros. Es una razón evidente: a baterías más grandes (con más capacidad), duran más y exigen menos recargas. Pero una vez que se agote tardará más tiempo en volver a estar al 100%. Los fabricantes trabajan actualmente en este punto junto con la seguridad. El objetivo no es otro que conseguir baterías potentes que permitan muchos kilómetros de autonomía al vehículo, además de conseguir formas de carga rápida incluso para estas grandes baterías.

Esto hace, al mismo tiempo, que el mercado de este tipo de vehículos se vea también marcado por el lugar donde se pueda cargar el coche. Por lo que, en función de la ubicación, se necesita un punto de carga distinto. Así, bien situados según donde nos encontremos, podemos dirigirnos tanto a puntos de recarga residenciales, laborales, parkings privados, en la vía urbana o, en su caso, en estaciones de servicio.

Formatos y funciones

En el caso de las primeras, se tratan de puntos de carga recarga estándares, especialmente de noche para tiempos de hasta 12 horas. Son las que se incorporan a las casas unifamiliares a los edificios. Luego, también podemos verlos en los lugares de trabajo o en los parkings, donde tanto las empresas como los operadores más las están utilizando.

También se dan en la calle, pero suelen ser generalmente de tiempos mayores a las dos horas. Las más hábiles se dan en las estaciones de servicio o electrolineras. Aquí se tratan de cargas muy rápidas para los eléctricos, actualmente para tiempos de unos 30 minutos.

En este sentido, se puede decir que tenemos tres disposiciones más lentas y otras tres más rápidas. Pero, al igual que tenemos varios modos de carga que terminarán por ser más o menos satisfactorios en cuestión de tiempo, la tecnología y su avance también ha hecho porque las mismas infraestructuras dispongan de más de un procedimiento. Esto hace que también se involucre a mayores rangos de carga rápida en los coches eléctricos. O lo que es lo mismo: a la hora de optar por recargas rápidas, podemos hacerlo por distintas velocidades a cada cual más veloz y acelerada.

Recarga rápida

Hoy las compañías del motor indican tiempos de recarga aproximada de sus modelos eléctricos para orientar a los consumidores. Pero eso, por norma general, varía considerablemente hacia el punto donde nos dirijamos a entablar estos métodos de carga. Dentro de los seis mencionados, hay tres modos de carga rápida para los eléctricos. El primero de ellos, el rápido, es el que le sigue al de semi rápida o recarga lenta.

Se trata de un tipo que suele ser bastante utilizado en las estaciones de servicio o electrolineras. Este lo hace utilizando corriente continua, con la que es posible que trabajan con cifras de hasta 400 A. Habitualmente, esta se denomina llanamente carga rápida porque demanda 50 kW. Esta es la que permitiendo una carga útil en algo más de media hora. Para su utilización, deben disponer de los conectores de ChaDeMo o CSS Combo, ambos impulsados por los fabricantes japoneses de Nissan, Mitsubishi o Toyota).

Recarga súper rápida

Si bien es verdad que las tres se dan con velocidades cada vez mayores, lo que lleva a tiempos también mucho menores, tenemos que decir que las tres se dan como opciones muy reconocidas para cualquier uso. Por ejemplo, y seguidamente de la rápida, se encuentra la súper rápida, también denominada como fast-charge.

Esta se caracteriza porque cumple la función a potencias muy altas, aquí de entre 44 y 50 kW. En su caso, la velocidad de esta carga en los eléctricos, con una capacidad de 22 a 24 kWh, puede realizarse en apenas media hora. En ella destaca que su media ese es el tiempo necesario para recargar aproximadamente el 80% de la batería. El conector estándar más utilizado para este tipo de recarga es el japonés CHAdeMO.

Recarga ultra rápida

Por último, y ya con resultados más que sobresalientes, dependiendo del coche podemos encaminar hacia las recargas ultra rápidas. Son las que se conocen como Modo 4, las últimas y las más novedosas. La contrapartida de estas es que son consideradas como tal a partir de 50 kWh. Algunas llegan hasta los 130-150 kWh.

Sin embargo, las de mayor potencia aún están en fase experimental, debido a su reciente incorporación. Eso hace que tampoco sean tan fáciles dar con ellas. Algunas pueden verse en estaciones de uso público exteriores como las electrolineras, donde podemos recargar el vehículo durante trayectos largos o situaciones concretas en las que dispongamos de poco tiempo.

A su vez, estas suelen verse en vehículos eléctricos con acumuladores del tipo supercondensadores, baterías que baterías que ofrecen una mayor densidad energética, como puede ser el caso de autobuses eléctricos. Pueden llegar al 80% en menos de 10 minutos.

 

Fuente: adslzone