El vehículo electrificado ha ido ganando enteros con el paso del tiempo. Sí, es verdad que todavía no está en sus máximos y que aún falta camino para convertirse en una modalidad totalmente óptima. Pero su avance y crecimiento se personifica con un desarrollo y exposición en aumento que hace que los automóviles de combustión sean una vía ya prácticamente del pasado.

El coche eléctrico ya sale a cuenta

Por esto, actualmente el coche eléctrico ya empieza a ganar terreno en varios aspectos fundamentales frente a los convencionales. Una alternativa cada vez más plausible que se ve como una opción más de presente y futuro inmediato.

Y es que, son muchos los que están pensando en cambiar de coche. Una tónica que, aunque aún lo hace tímidamente, se ve al alza. En parte por las buenas consideraciones a la hora de su compra con las ayudas estatales. Sin embargo, los usuarios siguen teniendo un gran dilema: ¿Es el momento de hacerse con un modelo eléctrico o es mejor esperar a que bajen de precio y se produzca un mayor despliegue de la infraestructura de carga?

Y es que, pese a contar con algunas trabas que muestran que todavía están en proceso de expandirse, como son esas mencionadas infraestructuras de carga o sus aún escasas autonomías, lo cierto es que contamos con un punto muy favorable de cara a nuestro bolsillo. Nos referimos al ahorro económico que supone usar un automóvil eléctrico de estas características, bien ante uno de gasolina como de diésel.

De hecho, y según los últimos informes de Carwow,, tras los primeros meses de la puesta en marcha del plan de ayudas Moves III, la diferencia de precios al comprar entre uno de gasolina y un ‘cero emisiones’ es «más pequeña que nunca». Es una de varias.

Costes al uso

Pero empecemos por el principio. Según un estudio de BloombergNEF, será más barato producir un coche propulsado a baterías que uno de combustión a partir de 2027. En concreto, los vehículos eléctricos de los segmentos C y D, incluyendo los todocaminos, serán más baratos de fabricar en Europa que los de gasolina a partir de 2026. Mientras, los automóviles pequeños del segmento B tendrán que esperar un año más.

Así, algunos modelos como el Kia Niro apenas distan por unos euros. En concreto, la versión eléctrica es 69€ más cara que la térmica, mientras que al cabo de diez años el ahorro sube considerablemente. Lo cierto es que todo esto será posible gracias a un abaratamiento del coste de las baterías (las cuales podrían ser un 58% más baratas en 2030), a las nuevas plataformas.

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Unas plataformas que están desarrollándose y compartiendo distintos fabricantes y a las líneas de producción específicas para este tipo de automóviles. Esta es la primera de una serie de razones que nos dejan decir que el ahorro de un coche eléctrico frente a uno de gasolina va mucho más lejos. O lo que es lo mismo; conducir un coche eléctrico ya sale a cuenta.

Los cálculos son para un vehículo compacto de gama media comprado nuevo y vendido a los 11 años, que recorre unos 14.500 km al año. Para estimar el coste total de uso tenemos en cuenta distintas variables. Estas son las del precio de compra, el gasto de combustible o electricidad, los seguros, los impuestos y los gastos de mantenimiento, que detallaremos a continuación.

En total, si fijamos números, el coste del electrificado suma 56.000 euros en 11 años de uso, frente a los 65.000 euros de un compacto con motor de gasolina. Esa podría ser la diferencia más notoria, la global. Como tal, supone un ahorro de 9.000 euros recargando el coche con la tarifa eléctrica normal de 4 €/100 km.

En su caso, los estudios también nos indican que puede alcanzar los 15.500 euros. Esto si además nos beneficiamos de la ayuda Moves III (7.000 euros por entregar un coche para achatarrar). De ahí que adquirir un vehículo eléctrico (nuevo) signifique una valiosa oportunidad frente al de gasolina o diésel. Pero, ¿qué cifras concretas nos podemos ahorrar en cada una de las variables?

Variables a desarrollar

Si echamos un ojo al mercado de los electrificados, la primera impresión nos dirá que el precio de compra de estas características suele ser más alto que el de un vehículo medio de que funciona con carburante. Pero va con matices. Porque lo cierto es que, con el paso del tiempo, a la larga, este sobrecoste se ve compensado por los ahorros acumulados en varios ejemplos.

Por ejemplo, enfocamos un aspecto más que interesante. Y es que, debido a que el coche eléctrico no presenta tantos fluidos que mantener ante el convencional como el de gasolina, sus costes serán menores y el ahorro será mayor. Además de por el menor coste de la batería, el estrechamiento del precio también se debe a una mayor oferta.

Ya que, a más variedad, los precios bajan y se posicionan en unos niveles cada vez más asequibles para el comprador. La opción intermedia, la de elegir un coche híbrido también gana al coche tradicional. Estas son sus claves.

Impuesto de matriculación

España ha avanzado mucho en lo relativo a los impuestos. De hecho, hasta hace poco más de dos décadas, nuestro país consideraba al coche nuevo una compra ostentosa, la cual estaba dentro de la denominada como ‘impuesto al lujo’. Pero todo ha ido mejorando y avanzando, y aunque la compra de algunos vehículos todavía sigue acarreando cargas como el IVA, hay otros como el impuesto de circulación de la que los coches eléctricos están exentos de pagarla.

Este impuesto se trata de una tasa impositiva que grava las emisiones de CO2 que emite el vehículo. Este es el primer paso del ahorro para los eléctricos: están todos libres de pagar esta tasa. En el caso de los coches de combustión que se sitúen por debajo de emisiones de 120g/km están exentos de pago, pero la cifra puede alcanzar hasta un 15% de la base imponible del vehículo.

Al tener como objetivo gravar más a los coches más contaminantes, el tributo a pagar en un coche nuevo oscila entre el 0 (la mayoría electrificados) y el 14,75%. De esta forma, los coches menos contaminantes están exentos del impuesto. Una diferencia más que significativa entre el de nueva generación y el térmico.

Combustible

Por supuesto, el combustible forma parte de la economización más ejemplarizante. Y es que, con ellos, podremos realizar recorridos a precios más competitivos. En cifras, esto se traduce en que el vehículo impulsado por electricidad será hasta 10 veces más barato que la gasolina o el diésel.

En concreto, esta variable nos dice que recorreremos 100 km por algo más de un euro, frente a la media de 10,5 euros de los coches de gasolina y los 8 euros de un diésel. Para comparaciones más o menos similares, recorrer esos 100 km cuesta aproximadamente unos 13 kWh (aunque depende del tamaño del coche). Mientras que un coche que homologue un consumo de 5 l/100km lo haría por 45 kW. Sabiendo que los conductores hacen una media de 12.000 km anuales, esto puede suponer un gasto de 12.000 euros al año.

Mantenimiento

Como mencionamos anteriormente, el coche eléctrico no utiliza tantos fluidos mecánicos, ni en sus motores ni en sus baterías, frente a lo que sí nos encontramos en un vehículo convencional. Por esto, su reserva para nuestro bolsillo aquí también es algo muy importante a considerar, quizá el mayor aspecto junto al del combustible.

Así, un motor eléctrico sólo tiene alrededor de media docena de piezas, reduciendo significativamente la probabilidad de que algo se rompa. Además, los vehículos más modernos no necesitan que se les cambie el aceite. Por estos motivos, el coste de mantenimiento de los coches eléctricos es, en promedio, aproximadamente un tercio más bajo que el de un vehículo de combustión interna.

En comparativa con el de gasolina, el eléctrico supone un ahorro en mantenimiento de 223 euros anuales (19 mensuales) respecto al gasolina y 205 euros anuales (17 mensuales) respecto al diésel.

Seguros

Al igual que el resto de coches, los eléctricos tienen la obligación de tener, como mínimo, el seguro de Responsabilidad Civil. Esto dado que a día de hoy el Reglamento del seguro obligatorio de responsabilidad civil en la circulación de vehículos a motor no hace distinción alguna por el combustible utilizado por los vehículos.

Así las cosas, los seguros para ellos eléctricos tienen un gran número de coberturas comunes con los seguros de Auto tradicionales. Pero a la de determinar las coberturas, existen algunas específicas para los eléctricos que surgirán muy bien para gastar menos. Claro que depende del vehículo, pero, por lo general, sus cifras son similares entre el mismo segmento.

Lo vemos, por ejemplo, con el Zoe, el eléctrico estrella de Renault. Viendo las distintas aseguradoras, uno a Terceros para este modelo podría obtenerse a partir de 202 euros anuales, mientras que para un convencional rondaría los 220-230. De todas, formas, y aunque en un principio los seguros de este tipo de coches tenían un precio más elevado, hoy cada vez están más equiparados con los tradicionales. De hecho, los precios de los seguros para ellos, en muchos casos, son los mismos que para un coche de diésel o gasolina, según el comparador de seguros Kelisto.

Uso gratuito de plazas de aparcamiento

Otra de las ventajas de ahorro entre el eléctrico y el de gasolina tiene que ver con la etiqueta Cero de la DGT. Porque, los vehículos que la incorporen, lo harán como pasaporte para acceder sin ninguna limitación al centro de las grandes ciudades, las 24 horas y los 365 días del año. Y sin depender de alertas ambientales.

Es esa libertad de movimientos por el centro de las grandes ciudades la que va acompañada del uso gratuito de las plazas de aparcamiento regulado. Al margen de la comodidad que supone estacionar y bajar del coche sin tener que buscar un poste de pago o perder el tiempo haciéndolo con la aplicación del móvil, puede suponer un ahorro de tiempo y de dinero importante e incluso definitivo, según la actividad profesional que se realice.

 

Fuente: adslzone