Europa se ha fijado como objetivo convertirse en el primer continente del mundo en conseguir las ansiadas cero emisiones netas para 2050. Para conseguir dicho fin, se deben reducir los gases de efecto invernadero en, al menos, un 55% respecto a los niveles que se establecieron en 1990.

‘Fit for 55’, el plan europeo que involucra al eléctrico

Ella se trata del ‘Fit for 55’, donde se tratan diferentes medidas en favor del clima, y gran parte tienen que ver con los vehículos eléctricos, su movilidad, espacios, infraestructuras… Una de las primeras medidas para conseguir estos recortes en las emisiones pasa por poner fin a la venta del coche de combustión interna.

Por lo que, a partir de 2035, no se podrán vender automóviles de gasolina o diésel, según las primeras filtraciones. Pero, para ello, es necesario que el coche eléctrico esté dotado de grandes superficies para su movimiento.

De ahí que el proyecto de la Unión Europea tenga tanto que ver, entre otros, con los sistemas de carga para estos coches, en concreto los cargadores recarga rápida. Como tal, esta es una de las primeras premisas para sacar adelante una movilidad eléctrica que, en países coo España, todavía está muy lejos de alcanzar su nivel óptimo.

La ley revisada sobre energías renovables fijará objetivos muy próximos, algunos de vital importancia para los conductores. De hecho, la que tiene que ver con los sistemas de carga, se lleva la gran atención del plan estratégico. Como tal, el fin es la mejora del ‘hub’ de la electromovilidad, de forma que se busca una total expansión de los automóviles electrificados y todo lo que le rodea.

Instalación de puntos de recarga rápida por ley

Como mencionamos, ‘Fit for 55’ se refiere a alcanzar un 55% menos de emisiones hasta 2030, en comparación con el año de referencia, 1990. Ese objetivo climático fue acordado por los países miembros del bloque en diciembre de 2020. Entre los mecanismos de mercado, impositivos y de normas sobre emisiones, contamos con una medida impositiva que repercutirá de buena forma en los puntos de carga.

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Especialmente en lo que tiene que ver hacia los cargadores de recarga rápida. Hablamos de que Europa tendrá a bien exigir a los Estados miembros que garanticen la instalación de estas infraestructuras cada 60 kilómetros en las principales carreteras de cada país.

Una medida, por su parte, que también incluye la exigencia de instalar una hidrogenera cada 150 km. De este modo, los vehículos que utilicen y sean impulsados por pila de combustible también tendrán facilidades para utilizar la tecnología de la que disponen. La UE se muestra en total sintonía para mostrar todas facilidades de cara al usuario, que, como dicen, tienen que ser máximas. De ahí su obligatoriedad.

En 2035, no más ventas de coches nuevos con motor de combustión

Como resaltamos, el plan que se han fijado desde Europa es el de convertirse en el primer continente que consiga las ansiadas cero emisiones para 2050. Y en ello se mete de lleno la pelea por sacar del plano a los vehículos diésel y gasolina. La propuesta, facilitada por Bloomberg, que será aprobada el día 14 de julio, propone que todos los automóviles nuevos vendidos a partir de 2035 tengan «cero emisiones».

O lo que es lo mismo; dentro de catorce años en los países pertenecientes a la Unión Europea sólo estará permitida la venta de automóviles eléctricos puros o de eléctricos dotados con pila de combustible de hidrógeno. Si se hiciera realidad, el fin de los coches diésel, gasolina e incluso híbridos, se adelanta al menos cinco años, ya que la anterior propuesta a nivel europeo fijaba en 2040.

Estaríamos hablando de unos objetivos mucho más ambiciosos que los vigentes, que hablaban de una reducción del 37,5% para los coches en 2030 y del 31% para las furgonetas. Estos estándares de límites de emisiones más estrictos nos llevan directamente a la completa y suficiente red de cargadores de recarga rápida para los vehículos eléctricos.

 

Fuente: adslzone