Con todo, la tecnología verde que se ha desarrollado en los últimos años ha supuesto una revolución en los tiempos de carga de un coche eléctrico. Este avance, junto a la autonomía de la batería, son sinónimos de lo que está por llegar: el auge de la movilidad sostenible, la que es cero emisiones. Este ha sido un tema muy discutido por los defensores de los vehículos contaminantes, que creen que en ese terreno llevan la ventaja. Pero hay otras formas que hacen que esto pueda ser un plus.

La capacidad de las baterías en el coche eléctrico

El primer punto al que tenemos que tener bien en cuenta para la carga de nuestro coche eléctrico es en lo que respecta a la batería. Éste es el componente principal de un vehículo moderno. Como tal, es su elemento central, el más pesado, el más caro y, con toda probabilidad, el más decisivo en cuanto a prestaciones.

Potencialmente, y relacionado con los coches convencionales, poca gente sabe cuánta gasolina cabe exactamente en el depósito de su coche de combustión, pero es importante conocer la capacidad de la batería de un coche eléctrico. La capacidad de la batería se mide en kWh, que es la unidad de medida energética equivalente a 1 kilovatio (1 kW) de potencia sostenida durante 1 hora.

Así, cuanto mayor sea el número de kWh, mayor será la batería y más cantidad de energía podrá almacenar. Actualmente, esta capacidad oscila entre los 35 kWh en coches pequeños (un Honda e, por ejemplo) y los 95-100 kWh de los modelos más grandes como el Tesla Model S, con seguridad, el coche más amplio en este segmento de los que podemos hallar en el mercado. Aquí, se destacan muy bien el consumo y la autonomía, que será lo que desmarcará los tiempos de carga en un coche eléctrico.

  • Consumo. En la actualidad, un consumo en un coche eléctrico que esté en el entorno de los 18 kWh/100 km es un consumo razonable, por debajo de esta cifra estaremos ante coches muy eficientes. Los modelos más eficientes que se comercializan en la actualidad están en el entorno de los 14 o 15 kWh/100 km.
  • Autonomía. En el día de hoy, podemos encontrar en el mercado coches eléctricos con autonomías de entre 200 y 400 kilómetros, incluso hasta 600 en casos más concretos. Por regla general, aunque no tiene por qué, más autonomía requiere una batería mayor, y esto a su vez nos lleva a coches más grandes y caros.

La potencia de carga de tu coche eléctrico

Una vez conocidas las capacidades de las baterías de nuestro coche eléctrico, el siguiente aspecto nos será de gran ayuda para conocer el que puede ser el tiempo final de carga de un vehículo de estas características. Hablamos de la que es conocida como potencia de carga, un factor muy importante para el automóvil.

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Ello también depende del modelo, obviamente, pero terminará por mostrarnos cuánto de rápido lo cargaremos. La potencia de recarga depende de muchos factores como la potencia del punto de recarga, la temperatura exterior, la temperatura y el estado de la batería, el cable con el que se conecta… El factor limitante será el componente que gestione la potencia mínima y éste puede ser el punto, el cable o el coche.

Como verás a continuación, un coche eléctrico se diferencia de otros productos electrificados en que puede ser monofásico o trifásico. En caso de ser monofásico recargará, como máximo, a 7,4 kW, independientemente de la potencia del punto de recarga. Por el contrario, si es trifásico podrá recargar a 11 kW o a 22 kW (siempre y cuando el punto entregue esa potencia). A día de hoy, la mayoría de VE trifásicos tienen una potencia máxima de 11 kW, dado que solo cuentan con un inversor de a bordo. Solo el Renault Zoe, Smart EQ, el Twingo ZE y el Tesla Model S son capaces de recargar a 22 kW en corriente alterna al tener dos inversores de bordo.

En el caso de los híbridos enchufables, éstos juegan en una categoría especial, como suelen. Y es que, al tener una batería más pequeña, la potencia de recarga se ve limitada a los 3,7 kW en la gran mayoría de modelos, por lo que no aceptan más potencia, aunque el punto sea capaz de ofrecerla.

El tiempo de carga varía según las velocidades

En su caso, para muchos éste es uno de los mayores hándicaps de los coches eléctricos. Sobre todo porque hoy en día las circunstancias nos muestran que los que son este tipo de coches eléctricos de nueva generación pueden recargar la mayor parte de la batería en lo que tomamos un café y estiramos las piernas. Aún así, es un aspecto que sigue siendo muy protagonista para los conductores más intranquilos.

La solución y vista ante este posible «problema» para los más impacientes se muestra en que el tiempo de carga de un coche eléctrico depende de varios factores. Estos, principalmente, con la batería y la potencial del punto de recarga, así como su capacidad. Y es que, gracias a las continuas mejoras de las baterías y los cargadores y a la capacidad de innovación, el tiempo para cargar un coche eléctrico completamente oscila entre las 5 y las 8 ocho horas de media. Pero varía según el tipo de carga.

De todas formas, hablamos de una tecnología que está en constante evolución, puesto que de la misma manera que pasa con los móviles de uso cotidiano, las baterías de estos vehículos modernos van desarrollándose y mejorando cada vez más. Por lo que, aunque actualmente los modos de carga de coches eléctricos ya ofrecen unos tiempos realmente eficientes, es muy posible que en un futuro muy próximo dispongamos de sistemas de carga todavía más rápidos. Así, existen cuatro velocidades de carga: la carga lenta, la semi-rápida y la rápida.

Carga lenta

El tiempo de carga de un coche eléctrico que utiliza un tipo de carga lenta va, por lo general, desde las 5 hasta las 8 horas. Es la carga más básica y la que utilizaríamos cualquiera de nosotros, por ejemplo, si recargamos nuestro vehículo en el hogar. Se consideran puntos de cargas domésticos que proporcionan carga con corriente alterna monofásica con 3,7 o 7,4 kW de potencia máxima, a 230 V y 16 A o 32 A respectivamente.

Debemos tener en cuenta la autonomía que tiene el vehículo para prever cada cuánto tiempo será necesario cargarlo. En este sentido, la mayoría de los modelos actuales pueden circular entre 200 y 400 kilómetros con una única carga. A su vez, este tipo de carga lenta permite aumentar la vida útil de las baterías, es cómoda y sencilla.

Carga semi-rápida

En su lugar, podemos encontrar los que son los puntos de carga semi-rápida. Estos son aquellos que podemos encontrar generalmente en aparcamientos de centros comerciales, empresas o aquellos que están instalados en la vía pública. El tiempo de carga del coche eléctrico en este tipo de punto de recarga está entre 1,5 y 4,5 horas, según la capacidad de la batería.

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Alimentada a través de una corriente monofásica de 230V, 32A y 8-14 kW, consigue un tiempo de carga de que tiene alterna trifásica de 400V, hasta 63A y de 22 a 43 kW que consigue recargar una batería en 30 minutos. Además, y como algo a prestar consideración para nuestro tipo de coche eléctrico, con la carga semi-rápida tendremos también un grado de comunicación con la red elevado. Esta dispone de un sistema de alimentación específico para el vehículo que integra el CP (control pilot) y el PP (proximity plug) para verificar la correcta conexión del vehículo al punto de carga. Son los más habituales.

Carga rápida

Para observar los tiempos de carga en un coche eléctrico, damos también con las que pueden ser las cargas rápidas. Estas se conforman como ideal para los que pueden ser más viajes largos y continuos. En su lugar, el tiempo de espera alcanza los 30 minutos. Sin embargo, y a diferencia de otras como la carga lenta (que no lo incluye), es necesario un terminal inteligente que permita recargas a una potencia de conexión entre 40 y 50 Kw.

Es, sin duda el tipo de carga más veloz, pero también la más cara. Es posible cargar el 80% de la batería en tan solo 5 minutos, y aunque aún está lejos de llegar a los tiempos de repostaje del coche convencional, el objetivo a largo plazo es poder alcanzarlos. Este tipo de recarga se destina a estaciones de servicios que ofertan recarga eléctrica, además de electrolineras. Pionera en España y Europa, es capaz de suministrar una corriente continua de hasta 600V, una intensidad de 400A y una potencia máxima de 240 kW.

 

Fuente: adslzone