Este televisor fue mostrado por primera vez hace ya más de dos años en el CES de 2019. Ese prototipo finalmente se acabó convirtiendo en un producto comercial, lanzado hace medio año en Corea del Sur a un precio que equivalía a unos 74.500 euros. Ahora, la compañía lo ha lanzado en más de una decena de países europeos, incluyendo España.

65 pulgadas, 4K y barra de sonido con Dolby Atmos

Su tamaño es de 65 pulgadas, ofreciendo resolución 4K. Cuenta con un panel de 10 bits nativos, compatibilidad con Dolby Vision (y Dolby Vision IQ), HDR10 y HLG. La tasa de refresco es de 120 Hz, con un tiempo de respuesta de 1 ms. El sistema operativo que integra es webOS 5.0, y cuenta con cuatro puertos HDMI 2.1. También está preparada para gaming con modos de baja latencia, además de incorporar asistentes de voz para controlarla con Alexa o con Google Assistant.

lg-oled-r-3

El televisor cuenta con una base con barra de sonido, en la cual el televisor se enrolla cuando no lo estamos usando. Esto sólo es posible con los televisores OLED, ya que los LCD y sus derivados (como el QLED) son rígidos y no pueden plegarse. La barra de sonido tiene sonido 4.2 Dolby Atmos, compatible con estándares como WiSA para altavoces inalámbricos. La potencia de sonido total es de 100 W, con cuatro altavoces de 15 W cada uno y dos subwoofer de 20 W cada uno.

lg-oled-r-1

El televisor cuenta con dos modos de apertura: uno completo (Full View), y otro que deja un pequeño porcentaje superior a la vista como modo de espera llamado Line View, en el cual se muestra información como el tiempo o la canción que estemos reproduciendo en ese momento. El televisor guardado está en modo Zero View, donde está totalmente enrollado y sólo vemos la base. Al incluir la base, mecanismo de plegado y barra de sonido, su peso alcanza casi los 63 kg. Es posible colocarla en la pared, al contar con soporte VESA 400 x 200, aunque has de asegurarte de que sea un muro resistente para aguantar tanto peso.

El precio, como suele ocurrir con este tipo de modelos disruptivos, es muy elevado, costando 99.999 euros. El precio no aparece en la web oficial, siendo necesario preguntar a la compañía por él. Además, los modelos se fabrican bajo pedido, con un tiempo de espera que actualmente se sitúa en unos cuatro meses, ya que se van fabricando de uno en uno.

Este precio la sitúa como una de las Smart TV más caras de la historia, aunque a cambio de ofrecer un diseño único y suponer la llegada del OLED plegable al mercado de los televisores. De cara al futuro puede que veamos más modelos aplicar esta tecnología y un precio que vaya tendiendo a bajar hasta que puedan ser más asequibles.

 

Fuente: adslzone