Apple dejó de lado el ordenador tradicional en 2013

Apple dio el salto de procesadores PowerPC a Intel en 2006 en la gama de sobremesa, donde el Power Mac G5 dio paso al Mac Pro. Apple rediseñó ligeramente las cajas de estos nuevos ordenadores, que seguían siendo iguales que una torre tradicional, pero incorporaban procesadores Xeon. Apple ha destinado tradicionalmente estos ordenadores para empresas y para quienes usan el ordenador para tareas intensivas, como renderizar vídeo, fotografía, modelos 3D, etc.

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Es por ello que nunca han tenido interés en incorporar la gama Core en este segmento. Si quieres un procesador Core en un ordenador de sobremesa, tienes que comprar obligatoriamente un iMac porque esa es parte de la «experiencia» de Apple, a pesar de que la refrigeración y la modularidad de una torre sea mucho mejor.

Todo iba relativamente bien, a pesar de que estos ordenadores eran excesivamente caros para el rendimiento que ofrecían; nada nuevo para Apple. Sin embargo, todo se torció en 2013, cuando Apple presentó el famoso cubo de basura, uno de los peores diseños en la historia de Apple. Este ordenador estaba destinado supuestamente para profesionales, pero por su diseño, la modularidad era nula y apenas podía expandirse, entre otros muchos problemas.

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Tan malo fue el diseño de este ordenador, que la propia Apple ha estado seis años sin actualizarlo. En junio reconocieron que han tardado todo este tiempo en deshacer el destrozo que hizo ese ordenador, a pesar de que era tan sencillo que volver a la misma filosofía que tenía antes el Mac Pro, con una torre modular y potente.

Siete años después, vuelven a lanzar un ordenador «normal»

El lanzamiento del Mac Pro lo ha cambiado todo, por suerte. Apple por fin vuelve a un factor de forma, siete años después, que cualquier persona que se monte un ordenador por piezas utiliza, con cajas que van aparte de los monitores, con componentes modulares, y una excelente refrigeración que hace que te olvides de los problemas de temperatura que tienen dispositivos como los MacBook Pro, con bastante thermal throttling en cualquier tarea intensiva que baja demasiado la frecuencia que esos chips pueden alcanzar, haciendo que su rendimiento caiga.

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A pesar de ello, el precio sigue tirando para atrás. El modelo base arranca en 6.499 euros, y a partir de ahí el precio llega a ser de hasta más de 50.000 euros dependiendo de lo que le equipemos, y eso sin incluir los monitores que también añaden al menos otros 5.499 euros a la suma.

Con esto, vemos que hay un tremendo salto a nivel de rendimiento entre las gamas de procesadores que Apple ofrece. Imaginad por ejemplo que queréis un ordenador de Apple que lleve un Intel Core i9-9900K que no sea un iMac. No se puede. Apple no ofrece esa opción. Incluso aunque costara el doble o el triple de un PC equivalente. Es realmente incomprensible el gran hueco que hay entre los ordenadores de Apple, donde si quieres un dispositivo sin pantalla tienes que pasar del Mac Mini al Mac Pro.

Este es uno de los motivos por los que el ordenador ha despertado tanta expectación, a pesar de que claramente no es un ordenador destinado al usuario de a pie que lo pueda usar para navegar o jugar, sino para quien vaya a sacarle rendimiento trabajando. El hecho de poder comprar un Mac por separado pudiendo elegir el monitor que quieres es muy atractivo, pero el precio es prohibitivo.

Apple se sigue olvidando así de un segmento de sus clientes que pueda querer un Mac Pro de sobremesa con una cierta modularidad, donde por ejemplo se quieran meter varios discos duros para tener almacenamiento de sobra sin depender de un NAS o de unidades externas. Y en el caso de quererlo, tendrán que dejarse un pastizal que no está al alcance de un particular. Si quieres un procesador Core potente, tienes que pagar también por la pantalla 5K que probablemente no necesites. Y el procesador más moderno y potente que le puedes poner a un iMac es un i5-9600K.

Por ello, Apple está perdiendo gratuitamente un segmento del mercado que le podría reportar mucho beneficios, porque son usuarios que podrían estar comprando sus ordenadores en lugar de montárselos por piezas. Quien se compra un Mac no lo va a usar para jugar porque muy pocos juegos funcionan en él, de ahí que los más potentes los orienten directamente a profesionales. Pero hay quien querría tener un i9-9900K bajo ecosistema de macOS, pero tiene que conformarse con procesadores de gama media y dentro de una pantalla sin opción a actualizar.

Puedes montarte tu propio Mac Pro en cuanto a estética

Este nuevo Mac Pro al menos ha inspirado la creación de una caja como la Dune Pro, que es prácticamente idéntica a la del Mac Pro y está adaptada a placas base de todo tipo, ya sean Mini ITX, microATX, ATX, E-ATX o EEB. La caja del Mac Pro actual probablemente te obligue a hacer agujeros o cortar algunas piezas porque está pensada para los componentes de Apple y no para los de un PC normal.

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La caja vale 179 euros en el Indiegogo que está activo en el momento de redactar este artículo, subiendo a 251 euros si queremos el frontal tipo rayador de queso.

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A pesar de poder crearte tu propio Mac Pro a nivel de estética, éste sigue sin tener macOS; aunque Windows tiene todo lo que necesitan los profesionales porque los principales programas que hay en el mercado para profesionales están disponibles también para Windows. Por ejemplo, para cine están Avid Media Composer, DaVinci Resolve, Adobe Premiere Pro y After Effects. A pesar de que en el pasado Final Cut Pro tuviera algo de popularidad en Hollywood, desde que reescribieron el programa, éste perdió algunas funcionalidades, cayendo en desuso en la industria.

Y por no hablar del sobreprecio que tienen los procesadores Intel, donde el modelo base del Mac Pro (Intel Xeon W-3223) rinde peor que un AMD Ryzen 7 3700X, y el segundo modelo, un Xeon W-3235, por el que Apple cobra un «plus» de 1.200 euros, rinde peor que el Ryzen 9 3900X que vale 560 euros. El problema es que Apple depende mucho de Thunderbolt, por lo que el salto a AMD en sus ordenadores no es algo que se vaya a dar en el corto plazo hasta que se popularicen los conectores USB4, que son básicamente Thunderbolt 3. Así, con procesadores de AMD, tendrían ordenadores más baratos e igual de potentes, y no estarían perdiendo clientes que se los están montando por piezas mucho más baratos, ya que cualquier ordenador gaming potente actual puede usarse perfectamente para trabajar y editar contenido en 4K.

En definitiva, Apple no tiene interés en crear un producto para usuarios entusiastas o para ese segmento de quienes lo usan para trabajar de día y jugar de noche, ya que si van a necesitar un ordenador para jugar no se van a comprar un Mac, y prefieren orientarlo a quienes buscan ordenadores minimalistas, aunque tengan limitaciones como no poder meterle más discos duros. Y no parece que vaya a cambiar en el futuro.

 

Fuente: adslzone