Con 50 millones de hogares y negocios con acceso potencial a la fibra, y 9,5 millones de líneas activas, España es una referencia mundial en este terreno. La cosa llega al punto de que la cobertura rural de fibra es superior a la media de las grandes ciudades europeas. De hecho, ni sumando la fibra de Francia, Reino Unido, Italia y Alemania alcancen al despliegue realizado en España. Se estima que el 81% de la población ya puede conectarse a la fibra óptica y la idea es seguir ampliando este despliegue.

Llevar la fibra hasta el último hogar de nuestro país no garantiza eliminar la brecha digital

Sin embargo, este impresionante despliegue choca con la pura realidad. En España, 4,4 millones de ciudadanos nunca han usado Internet y más de 2 millones de hogares nunca ha contratado Internet. Además, no podemos caer en el pensamiento fácil de mirar sólo hacia la tercera edad ya que, entre los que no han usado nunca Internet tenemos un 12,7% de los mayores de 16 años.

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Si en despliegue lideramos Europa, en este terreno estamos a la cola. Esto se repite también en pequeñas empresas que no tienen conexión a Internet. Todo en conjunto se conoce como la brecha digital y muchas veces se tiende a pensar que más disponibilidad de los servicios supone reducir esta brecha. La realidad es que algunas personas sí se “actualizarán” con la llegada de la fibra, pero existen muchos que ni quieren ni saben aprovechar esa tecnología.

En el artículo publicado en Cinco Días se habla de que el gobierno ha intentado cerrar la brecha digital con más inversión, como los Programas de Extensión de la Banda Ancha de Nueva Generación (PEBA-NGA). Tampoco podemos olvidar los fondos FEDER o iniciativas como WiFi4EU para llevar el WiFi públicos a los pueblos y ciudades.

Cerrar la brecha digital no se consigue simplemente ofreciendo Internet gratis o haciendo que todo el mundo pueda tener a la fibra. Lo primero será detectar qué colectivos necesitan una atención especial para explicarles qué es Internet, sus ventajas y todo lo que puede aportarles, además de ofrecerles formación en su utilización.

En caso de no hacerlo, corremos el riesgo de no eliminar la brecha digital e incluso podríamos agravarla. La realidad es que sólo el 4,2% indica que no está conectado a Internet por falta de infraestructuras. En los últimos tres años ha aumentado el número de personas desconectadas que no tienen ningún interés en estarlo y eso no va a cambiar llegue o no la fibra a su casa.

Nos gustaría conocer vuestra opinión al respecto y qué creéis que se debería hacer para reducir la brecha digital más allá de llevar la fibra sí o sí hasta el último hogar de nuestro país.

 

Fuente: Cinco Días | adslzone