El estudio se ha llevado a cabo en Australia desde el año 1987 ha estudiado la relación entre casi 35.000 personas diagnosticadas de cáncer y el uso del teléfono móvil. Concretamente 19.858 hombres y 14.222 mujeres. En resumen, han podido comprobar como el riesgo ha aumentado mínimamente en hombres y ha permanecido estable en mujeres en los últimos 29 años.

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Además, el uso del teléfono móvil en este país ha pasado del 9% de la población en 1993 a más de 90% que tenemos actualmente. De existir una relación directa con el aumento de uso del teléfono móvil en el cáncer, esta debería haber sido más evidente con el paso del tiempo al crecer el número de personas “expuestas” a estas radiaciones.

Donde sí se apreció aumento del riesgo es el las personas de más de 70 años aunque el aumento se produjo a partir de 1982 mientras que los móviles llegaron en 1987. Es decir, el móvil no ha producido este aumento y otros factores sí han sido decisivos para elevar el riesgo de cáncer en persona de edad avanzada. Otra hipótesis es que la mejora del instrumental de diagnóstico ha sido clave para que ahora se detecten más casos, una idea nada descabellada.

Lo cierto es que este estudio vuelve a echar por tierra las teorías del caos sobre el uso del teléfono móvil. Además, haberlo conducido en Australia es bastante relevante ya que este país tiene la obligación legal de registrar todos los casos de cáncer detectados, lo que sirve para crear una base de datos bastante fiable para trabajar.

El estudio se ha realizado con datos de casi 30 años sobre más de 30.000 personas, además de haberse producido en la época donde se ha disparado el uso de los smartphones. El hecho de no apreciarse un aumento significativo del cáncer, nos deja echar por tierra las falsas creencias ya establecidas que, pese a ello, seguirán muy vigentes.

 

Fuente: theconversation | adslzone