Desde el pasado 3 de abril, y tras muchos meses de negociaciones, Masorange se convirtió en una realidad. La fusión entre Orange y MásMóvil dio como resultado la irrupción de un nuevo líder en el sector teleco dentro del territorio nacional. Un escenario que, lejos de atemorizar al resto de los agentes que conforman este ámbito, ha supuesto una oportunidad para que, algunos de ellos, traten de obtener provecho de la fusión.

Tal y como adelanta Expansión, Telefónica estaría en negociaciones con Masorange, actual líder del mercado por volumen de clientes, para poder acceder a la compra de frecuencias radioeléctricas a la compañía resultante. El operador azul estaría aprovechando que la firma fusionada estaría obligada a desprenderse de ese espectro para fortalecer su infraestructura y dar un paso adelante frente a sus competidores.

Masorange, obligada a la venta

La fusión entre Orange y MásMóvil sumó un total de 190 MHz de banda de 3,5 gigahercios (GHz), 110 MHz procedían de Orange. Mientras que los 80 MHz restantes eran aportados por MásMóvil. La Comisión Europea, con el objetivo de salvaguardar la competitividad de los operadores, intercedió en la operación, obligando a Másorange a deshacerse de 20 MHz mediante una venta a Digi. Por tanto, el montante actual se situaría en 170 MHz. Una cifra que todavía supera en 30 MHz el tope máximo fijado por el Ejecutivo español, situado en 140 MHz.

Ante este escenario, Telefónica ha visto la oportunidad perfecta para sacar provecho de la operación. Negociando con su principal competidor para poder hacerse con esos 30 MHz que actualmente suponen un problema para la compañía fusionada. Cuyas únicas opciones pasan por negociar con cualquier operador o, en su defecto, ceder el espectro al Estado. Si tomamos como referencia el último precio subastado de ese espectro en el año 2021, estos 20 MHz tendrían un valor cercano a los 63 millones.

Si MásOrange optase por la segunda opción, no podría evitar que la banda terminase en manos de algunos de sus principales competidores. Puesto que el Estado se encontraría en la obligación de tener que vender estas frecuencias a algún operador por medio de una licitación. Por lo tanto, el resultado sería el mismo, pero sin ningún beneficio económico para el nuevo líder español. Un movimiento que carecería por completo de sentido.

Hasta final de agosto

Según la normativa actual, desde la constitución de la empresa, la compañía fusionada únicamente tiene cinco meses para deshacerse de las frecuencias que no puede utilizar. Por tanto, la fecha límite se situaría a finales del mes de agosto, siempre y cuando no se active ninguno de los mecanismos contemplados por la ley que permiten ampliar el plazo de la negociación y que parece que actualmente estarían siendo contemplados.

En el caso de que la operación se complete, las frecuencias 5G quedarían bastante equilibradas entre todos los operadores. El primer puesto se lo llevaría Masorange, controlando 140 MHz. Telefónica le seguiría muy de cerca, con 130 MHz tras el cierre de la operación. Vodafone tendría 90 MHz y, detrás de este tridente, se encontraría Digi con los 20 MHz comprados recientemente a Masorange.

El interés de Telefónica se alinea a la perfección con los últimos movimientos llevados a cabo por parte de Movistar. Que se encuentra realizando el mayor despliegue de red 5G en la banca de 3,5 GHz. A finales del año 2023, Telefónica doblaba a Masorange en el número de antenas instaladas en esta banda: 4.000 antenas por parte del operador azul, frente a las 2.000 de la compañía fusionada.

 

Fuente: Expansión | adslzone