A principios de 2018 Telefónica sorprendía con el anuncio de Aura, un asistente de voz basado en inteligencia artificial que llegaba para cambiarlo todo. Esta era la gran apuesta que llegaba después de meses de trabajo a Argentina, Brasil, Chile, Alemania, España y Reino Unido. El servicio se integró en las aplicaciones, pero también en un novedoso dispositivo con pantalla bautizado como Movistar Home también liderado por Chema Alonso, Chief Digital Officer y miembro del Comité Ejecutivo de Telefónica.

Esta evolución del teléfono fijo permite interactuar con Aura y con todos los dispositivos del hogar conectado de Movistar. Entre las cosas que nos permite tenemos la posibilidad pasar las llamadas de fijo a móvil, gestionar todo lo relacionado con la televisión como encenderla, ver el canal favorito, activar los subtítulos o recibir una videollamada. Además, con el paso de los años ha ido recibiendo novedades, aunque siempre han dado la sensación de no ser “demasiado útiles” para los clientes.

Crónica de una muerte anunciada

El gran problema de Movistar Home no fue únicamente sus limitadas funciones, es que el usuario tenía que pagar por hacerse con el dispositivo. En un mercado liderado por Alexa con los dispositivos Echo de Amazon y, en menor medida, por Google, el asistente por voz y pantalla de Telefónica no terminaba de ofrecer nada diferencial. Lo mismo le pasó a Aura, cuando fue presentado en sociedad ante los medios de comunicación, tras 60 minutos de explicación la única conclusión que la prensa obtuvo es que Aura servía solo para cambiar de canal, subir y bajar el volumen y poco más, funciones que a día de hoy todo el mundo tiene claro que se realizan con el mando a distancia de la televisión. El resultado fue el esperado, menos de 1000 clientes utilizaban el servicio que costó ingentes cantidades de dinero en desarrollo y que implicó durante mucho tiempo a todo el equipo del CDO de Telefónica. Ni si quiera las campañas masivas utilizando como reclamo a loros que hablaban fueron capaces de despertar el más mínimo interés por el producto creado por Chema Alonso.

La operadora lanzó Movistar Home por 79 euros, aunque activó una oferta temporal de 49 euros para los 5.000 primeros interesados. Ambos eran precios elevados para las funciones que se ofrecían de lanzamiento. Por ello, algo más tarde, tuvieron que rectificar y empezaron a ofrecerlo gratis a clientes de miMovistar/Fusión con fibra, Router Smart WiFi y Movistar Plus+. El resto tiene que pagar 19,90 euros.

Sin embargo, ni con esas han conseguido popularizar un producto con muchas carencias y sin margen de mejora. Es cierto que ahora mismo está a años luz de lo que fue en su lanzamiento, pero ya es tarde. Movistar Home llegó a un mercado hipercompetido, con un precio elevado y con pocas o ninguna característica diferencial. Ni si quiera Rafa Nadal y Buenafuente fueron capaces de impulsar un producto que su responsable trató de levantar en varias ocasiones. ¿Os imagináis ver una serie y que podáis comprar las gafas o la camiseta que lleva el actor protagonista? Todo ello se podrá desde Home. Como podéis imaginar, nadie llegó a realizar compra alguna a través del dispositivo.

Después del fiasco de Aura y Movistar Home queda el gran proyecto estrella de Chema Alonso, Open Gateway. Presentado en el pasado Mobile World Congress fue anunciado como el futuro boom de las telecomunicaciones y es precisamente donde se juega el crédito que le queda en la compañía. El futuro nos dirá si se convierte en un proyecto interesante que genere ingresos o por el contrario acaba siendo desterrado como los anteriores. De momento, lo que sí sabemos es que hay dudas en cuanto a la privacidad de los usuarios.

 

Fuente: adslzone