Lo cierto es que la telefonía móvil llegó años antes, para ser más exactos, en 1976 con los teléfonos automáticos en vehículos (TAV). Un sistema que permitía usar un teléfono móvil dentro del coche, pero solamente en provincias como Barcelona o Madrid. Poder llevar un teléfono móvil a todas partes fue una realidad en la década de los 90 gracias al TMA-900, las siglas que corresponden a Telefonía Móvil Automática que empleaba la frecuencia de 900 MHz.

Todo comienza en 1990

Lanzada al mercado en 1990, hasta 1993 no se introdujo la marca MoviLine, el primer servicio de telefonía móvil en España que no estaba destinado a usar un móvil únicamente dentro de un coche. En la época, cualquiera que se lo pudiera permitir, podía hacerse con un móvil con tecnología analógica. Fue registrada como marca en 1992 bajo los epígrafes de servicios de telecomunicaciones y como marca de aparatos telefónicos.

Durante su historia, este sistema analógico permitió ofrecer una cobertura mayor a la digital, pero con peor calidad de voz y sin los servicios adicionales como roaming o SMS que ofrecía la tecnología GSM de MoviStar y Airtel a partir de 1995.

Anuncios de la época y tarifas

En la actualidad hay muchas más líneas móviles en nuestro país que habitantes, pero a MoviLine no le fue fácil alcanzar sus primeros 300.000 clientes. En uno de sus primeros anuncios podemos observar que, por aquel entonces, toda la publicidad iba dirigida principalmente a profesionales a los que contar con un teléfono móvil podía suponerles una ayuda en su negocio.

En el anuncio ni rastro de las marcas que hoy dominan el mercado de la telefonía móvil como Apple, Samsung o LG. Entre los terminales publicitados encontramos marcas que ya no se dedican en la actualidad a la telefonía móvil como Telyco o NEC.

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Teléfonos móviles de 1993

Por otro lado, teniendo en cuenta la inflación, los precios nos resultan bastante familiares y giran en torno a las 80.000 pesetas (unos 900 euros en adelante de hoy en día), es decir, lo que cuesta un smartphone de gama alta. Respecto a las tarifas, existía una tasa, cuota de alta, por la que las empresas te cobraban por querer ser su cliente. Y no estamos hablando de una cifra económica, si no de 25.000 pesetas de entonces, unos 295 euros de 2022. Además, también había que pagar una cuota mensual para mantener el servicio que oscilaba entre las 4.500 a 18.000 pesetas (53 a 212 euros de hoy). En cuanto al precio por minuto la tarifa más asequible era de 34 pesetas (40 céntimos). Ninguno de los precios incluía el IVA del 15% y los minutos se pagaban por completo, aunque se hablasen pocos segundos.

MoviLine cierra en 2003

La licencia de adjudicación marcaba el cese de la prestación del servicio para el 1 de enero de 2007, sin embargo, el 31 de diciembre de 2003 saltaba la noticia de que cerraba quedándole en ese momento 38.000 clientes. Usuarios que pudieron solicitar la conservación de su número pidiendo el cambio a un servicio GSM de las operadoras MoviStar, Vodafone y Amena.

Desfasada y obsoleta las nuevas tecnologías pudieron con el sistema analógico que, entre 1998 y 1999, toco techo alcanzando el millón y medio de clientes. Según la resolución del ministerio, “la tecnología analógica, de las denominadas de primera generación, ha quedado ampliamente superada por las digitales de segunda generación GSM y DCS 1800, fuertemente desplegadas a nivel nacional por los diferentes operadores, y lo será aún más por los sistemas de tercera generación UMTS”.

Las conversiones a euros se han hecho con esta calculadora de inflación y tomando como referencia el precio en pesetas en el año 1993.

 

Fuente: adslzone