La respuesta nos la ofrecía Manuel Sánchez Malagón, Director de Planificación de Red de Orange España y se traduce en el enfrentamiento entre 2 tipos de tecnología 5G: Stand Alone (SA) y Non Stand Alone (NSA). La primera es la que identifica Orange como el «5G real», la auténtica revolución frente a la tecnología móvil tal y como la conocemos ahora.

¿Qué características tiene el 5G Stand Alone?

En términos técnicos, esta tecnología promete hasta 10 Gbps de bajada y 100 Mbps de velocidad garantizada, lo que supondrá que el tráfico se multiplicará por 10 elevado a 4. Por otra parte, estas redes soportarán más dispositivos conectados (x10 elevado a 2), permitirán unas comunicaciones machine to machine (M2M) de bajo coste y, quizás uno de los datos más curiosos, que la batería de los productos IoT tenga más vida útil dado a la eficiencia en el consumo.

Además de la velocidad, lo que pudimos ver en las demos, es que este 5G Stand Alone es el único que permite una latencia de menos de 10 ms además de garantizar una ultra-fiabilidad de la red, esto es, que no haya casos en los que nos quedemos sin cobertura – siempre que estemos en una zona en la que exista – o por saturación de la misma.

En este sentido, Orange se postula como una de las mejores preparadas ya que cuenta con 100 MHz en la banda de 3,4 – 3,8 GHz, tras invertir un total de 152 millones de euros. ¿Por qué se destacan estos 100 MHz? Porque es la banda óptima para desarrollar servicios sobre 5G, con la mayor capacidad y las máximas velocidades.

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¿Por qué es diferente este 5G del que ahora mismo se está desplegando?

En 2019, de momento, todo el 5G es del tipo «Non Stand Alone», lo que quiere decir que está desplegada sobre una red 4G mejorada. El siguiente paso es contar con una red dedicada para poder utilizar todas las promesas que se hacen con este tipo de nuevas conexiones (de ahí lo de «alone»).  Y para poder contar con una red propia, hace falta que esté repartido todo el espectro y hasta 2020 no estará disponible la banda de los 700 MHz, de la que está aún pendiente subasta y segundo dividendo digital. Esta es la que, por otra parte, será la responsable de mejorarla cobertura en interiores y desterrar, por ejemplo, que nos quedemos sin «barras» en el ascensor.

Por otra parte, la normativa aún no está definida en torno a lo que se debería llamar, propiamente, 5G. Actualmente, sólo está especificado el estándar de velocidad pero faltan dos elementos clave sobre los que aún no se ha puesto negro sobre blanco: latencia e IoT. Además, en cuanto a normativa europea, queda por ver aún la regulación de todos los aspectos que rodean la seguridad de las nuevas redes 5G.

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Un móvil 5G de 2019 podría no estar preparado para el 5G «real»

Este es otro punto candente. Al final, las redes 5G las vamos a utilizar desde teléfonos móviles y los primeros smartphones 5G sólo soportan arquitectura NSA y frecuencias TDD. Hasta 2020, no llegarán de forma masiva los móviles con todas las capacidades (SA / NSA) y compatibles con frecuencias FDD además de las TDD.

5G SA vs 5G NSA, la nueva batalla de las «redes»

Por todas estas razones, Orange se retrasará en anunciar sus redes 5G hasta finales de 2020 o principios de 2021, ya que ha apostado por lanzarlo cuando plenamente puedan ofrecerse servicios 5G Stand Alone dado que estima que las propuestas NSA aún cuentan con handicaps como una latencia elevada para servicios que requieren rapidez de respuesta, baja fiabilidad para servicios críticos, una capacidad inferior en cuanto al a gestión de volumen de datos, una propuesta limitada de servicios genéricos para los que tardarían bastante en llegar al mercado – de hecho… para cuando lo hagan podría estar listo ya el 5G SA – y, sobre todo porque es donde está el gran negocio para las operadoras, sin posibilidad de darle un bocado al mercado del IoT masivo.

 

Fuente: adslzone